Ruben Darío Ceballos Mendoza - jurista

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Movilidad humana la define la Organización Internacional para las migraciones como la movilización de personas de un lugar a otro en ejercicio de su derecho a la libre circulación, entendiendo que se trata de un proceso complejo, motivado por diversas razones, que se realiza con la intencionalidad de permanecer en el lugar de destino por periodos cortos o largos, o, incluso, para desarrollar una movilidad circular; implica el cruce de los límites de una división geográfica o política, dentro de un país o hacia el exterior, lo que hace válido reconocer que los motivos que llevan a una persona a movilizarse son variados (económicos, laborales, voluntarios o forzados -medioambientales, políticos y derivados de violencias estructurales o específicas); del mismo modo, que los retos que enfrentan estos grupos son diferentes en cada etapa de su proceso migratorio. Sin embargo, es de considerar que estas particularidades no debe ser un obstáculo para ejercer su derecho a una vida libre de violencias y el acceso a la justicia, ya sea en sus comunidades de origen durante su tránsito o en el lugar de destino y se sustenta en el ejercicio de la libre circulación.

Muchos son los retos y desafíos que entraña la movilidad humana, lo que es de suyo más que evidente y creciente entre nosotros, de ahí la necesidad, imperiosa por demás, para dejar de lado toda suerte de narrativas insulsas y ocuparse por velar sobre todo lo inherente con migrar, hecho que afecta no solo a quien decide partir, sino a su núcleo familiar. Es asunto que debe ser observado con detenimiento, sesudamente, ir al fondo de lo cual, transformar ese quehacer, recorrer las calles diariamente, escuchar a la gente, toda vez que es impacto que genera preocupación en alto grado, lo que amerita soluciones en dirección a su prevención y erradicación en lo posible.

Muchos de nuestros coterráneos salen a radicarse a otros estados. Es constante el flujo de migrantes. Hecho  que no sólo ha aumentado, como lo reporta la Organización Internacional para las Migraciones – OIM, sino que ahora se presenta incluso de forma organizada, a través de caravanas integradas por miles de personas de todas las edades, que salen de nuestro territorio con la intención de llegar a otras latitudes, arguyendo que se van no porque quieren, sino expulsados por la violencia, la falta de oportunidades y la galopante pobreza, lo cual desgarra el alma, Definitivamente ver las caminatas de cientos de kilómetros en la que van menores de edad y adultos mayores, debido a que las familias no se quieren separar, es en verdad lamentable.

Los malos manejos gubernamentales nos han llevado a esta ignominia y nos han afectado, en razón del imperio absurdo de la inequidad, la desigualdad, la concentración de la riqueza, la falta de empleos, constantes que originan migración en busca de oportunidades. Es problemática que requiere de importantes como urgentes soluciones, mejores condiciones y calidad de vida , mismas que deben darse desde y con una visión humanista. No estoy de acuerdo con que se migre, más sí que se prodiguen las condiciones mejores para que lo cual no se dé. Es darse a la tarea de actuar, de cambiar la situación de las y los migrantes, lo que incluye estrategias bien definidas. Es llevar bien y mejor el país. Lo demás es verso.

 *Jurista. Columnista. rubenceballos56@gmail.com

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