Por: Esther María Puche Martínez*.

“Un proyecto que busca rescatar los valores históricos y culturales de la etnia Zenú y de Momil”, así lo manifestó su fundador Jhony Enrique Llorente Cavadía , un  momilero nacido hace 52 años en el seno de un hogar humilde conformado por Pedro Llorente Vergara y Melania Cavadía, es el mayor de 4 hermanos y desde muy  niño casi que  a los  10 años de edad, sintió el amor y el deseo por este arte de amasar y hacer con el barro lo que hacía su abuela Catalina Coavas y su tío Medardo Cavadía artesanos ya fallecidos y de  quienes aprendió muchísimo; fueron   seguidores  fieles de esta cultura  trabajaban a la perfección el barro y  la piedra. A partir de ese momento se gestó en su cabeza la idea de crear un museo que, le permitiera mostrar interesantes piezas que aún se conservan intactas; como también réplicas que trabajadas bajo las técnicas y conocimientos adecuados obtienen una apariencia y acabado original. Es miembro activo del Cabildo Urbano de Momil-Córdoba y barrólogo (designación que se da como tributo al barro).

Llorente Cavadía, es un hombre sencillo, dinámico y con mucha fluidez verbal, conoce y domina el tema. Me contaba que, mientras adelantaba sus estudios de primaria en escuela urbana de varones de la localidad, en sus ratos libre se dedicada a ver y moldear con pequeñas figuras el barro que trabajan los mayores y eso fue fortaleciendo cada vez más su propósito. Sin embargo, tuvo que abandonarlo todo para cumplirle a sus padres el sueño de continuar los estudios y no quedarse siendo un simple artesano quizás, porque en esa época no se le daba la importancia y el valor que han alcanzado hoy, en el medio cultural. Fue entonces cuando decide estudiar la secundaria en el colegio de bachillerato del vecino municipio de Purísima en donde se graduó como bachiller académico. Posteriormente, ya con una visión diferente de convertirse en un gran   profesional viaja a la ciudad de Barranquilla con miras a estudiar derecho en la Universidad Simón Bolívar, donde logra culminar obteniendo su título de abogado en el año 2001.

Su experiencia laboral la inicia con la Pastoral Social de Barranquilla, con el proyecto de asesoría jurídica a la población desplazada el cual se mantuvo durante 11 largos años, paralelamente también ejercía como asesor jurídico de las comunidades campesinas indígenas. Aprovechando su buen momento laboral y económico se motiva a seguir ampliando sus conocimientos para ello, inicia estudios de Especialización y Magister en Derecho Administrativo que le permita obtener un mejor trabajo y mayores ingresos. Es así, como logra entrar a la Contraloría del municipio de Soledad Atlántico, en calidad de auditor fiscal de la oficina de participación ciudadana donde se desempeñaba satisfactoriamente. Pero, como buen costeño, inquieto y echado para adelante se dejó tentar por el bicho de la política como dicen en mi tierra y fue elegido concejal del municipio de Malambo para el período 2008- 2011.

Hoy, por motivos de pandemia vuelve a su tierra natal, con ideas muy claras y dispuesto a cumplir el sueño de su vida, crear la Casa Museo: Manos al Barro.    ¿Por qué este nombre?

  “Quiero enviar un mensaje a comunidad indígena y a todo el pueblo donde los motivo a poner manos al barro para rescatar nuestra cultura, continuar con el proceso ancestral y así darles respeto y valor a nuestros antepasados”.  

Jhony Enrique Llorente Cavadía- Fundador Casa Museo- Manos al Barro

Su respuesta me pareció lógica ya que, Momil es un pueblo de raíces indígenas y artesanal; donde el barro negro extraído de la Ciénaga Grande, se constituye en la materia prima para la elaboración de réplicas y figuras precolombinas que no solo adornarán y   enriquecerán   el museo, sino que, también podrá comercializarse su venta para contribuir al sostenimiento del mismo y para beneficio de los artesanos pertenecientes al cabildo.

Además, agrega esta frase: “volver al origen” se refiere no solo en lo cultural y la expresión artística sino también al cultivo y utilización de plantas medicinales y aromáticas, igualmente hortalizas alimenticias que ayuden como valor nutricional a mantener un estado de vida saludable todo esto, aprovechando las bondades que la madre naturaleza nos ofrece. La idea es hacer de este sitio casa museo, un paraíso cultural y natural donde visitantes nativos y foráneos conozcan, aprendan, investiguen y se deleiten con toda la magia de la mitología y sabiduría ancestral propio de estos pueblos cenagueros.

Llorente Cavadía, plantea que, es fundamental un proceso   de capacitación con   niños y jóvenes que les guste el arte y la cultura que se enamoren y sean ellos los que repliquen estos conocimientos y continúen con la tradición para que este legado no muera. Cree que, la mejor forma de mantener la identidad cultural y el rescate de la misma, es con la elaboración de piezas réplicas y reproducción de ésta, mostrando la relación que tenían con los animales y con todo su entorno; como se pueden apreciar en algunos elementos importantes como la vasija que resalta las costumbres de la etnia Zenú.

Actualmente el museo cuenta con 200 piezas 180 en barro y 20 talladas en piedra las cuales están a disposición del público en general no solo a nivel local, sino también regional, nacional e internacionalmente.

“La misión nuestra es hacer un museo al estilo de los vistos a nivel internacional para que entre a competir con otros existentes en Colombia y en el exterior”.  

Jhony Enrique Llorente Cavadía- Fundador Casa Museo- Manos al Barro

Igualmente espera que, el Ministerio de la Cultura avale y apoye el proyecto para así darle continuidad y mantenerse en el tiempo.  La Casa Museo: Manos al Barro, esta ubicado a 200 kilómetros de la entrada principal de Momil, vía al corregimiento de sabaneta, específicamente en la entrada de la vereda patico.

Esther María Puche M. Comunicadora Social – Periodista. Universidad Autónoma del Caribe, Barranquilla- Atlántico-Colombia. Especialista en Metodología de la Enseñanza del Español y la Literatura. Ejercicio de la Actividad Periodística Independiente. Autora del libro: El Abuelo un buen Ejemplo.