Por: Alexander Pabuena Grimaldo*
Hablar de Colombia, es hablar de grandes transformaciones que viene atravesando a lo largo de los años. Tanto así, que se ha visto inmersa en procesos que buscan el cambio en todo su ecosistema. Es así qué, uno de los temas que tanto ha dado que hablar, es la minería ya sea a favor o en contra.
Aunque Colombia cuenta con un buen recurso para su explotación, es tan contradictorio este fenómeno, ya que por parte de la humanidad no han logrado medir el impacto que hacen cuando se desarrolla de manera ilegal; y, es que no se puede negar, que en varias regiones del país, se ha utilizado este mecanismo, que lo único ha garantizado es interés colectivo, que sólo han dejado pérdidas. Como por ejemplo, el acabo de la fauna y la contaminación de recursos naturales, como ríos, y quebradas.
Pero existe la otra cara de la moneda, aquellos que a través de una minería limpia, en este caso artesanal, buscan proteger lo anteriormente mencionado. Y es que, aunque la minería ilegal contaminante ha tenido auge, también están los que la realizan de manera artesanal. Pues a través de una batea o un cajón, buscan cuidar y proteger las aguas sin necesidad de utilizar químicos que le hagan perder su función principal.
Es por ello que quienes la practican, siempre han dejado el nombre de la minería artesanal por lo alto. Pues solo el 20% de quienes la practican, han tenido como buen sentido por lo que les genera un bien económico. Un ejemplo de ellos es el departamento de Bolívar, en este caso los municipios ribereños que en su mayoría han buscado tener como factor económico esta modalidad de trabajo. Pues es de importancia mencionar que es una de las regiones que más cuenta con el recurso.
Finalmente, cabe preguntarnos, ¿podrá la minería artesanal acabar con la minería ilegal? Es el interrogante que más de un poblador colombiano se puede preguntar.
*Alexander Pabuena Grimaldo. Comunicador Social – Periodista