Periódico El Derecho

La novela, como género literario, ha pasado por diferentes etapas. Muy lejos en el tiempo quedaron las narraciones que en forma ortodoxa seguían estrictas normas relacionadas con la estructura, la temática y los personajes en las obras.

Con ‘El lazarillo de Tormes’ se da la posibilidad de presentar en escena a un pícaro como ser que reclama el derecho de que su vida sea tenida en cuenta, algo que no había ocurrido antes.

Hay obras con iguales características, como ‘Guzmán de Alfarache’, de Mateo Alemán, pero es ‘El lazarillo de Tormes’ el relato que más cautivó a los lectores durante muchos años. Otro cambio significativo en la novela, por lo menos en lengua española, es la manera diferente de narrar puesta en práctica por Miguel de Unamuno, quien se introducía en sus composiciones en abierta disidencia con el tradicional modo de contar historias de ficción. Decía Unamuno: “Mis obras no son novelas; yo las llamo ‘nivolas’”.

Sirva todo lo anterior para hablar de un escritor famoso por su forma excepcional de manejar el discurso narrativo. Nos referimos al checo Milan Kundera, quien nació en Brno, República Checa, el 1 de abril de 1929. Fue novelista, escritor de cuentos cortos, dramaturgo, ensayista y poeta. Desde 1975 residió en Francia, donde adquirió la ciudadanía en 1987. Estudió musicología y composición musical; también literatura y estética en la Universidad Carolina, de Praga, y cine en la Academia de la misma ciudad. Fue expulsado del Partido Comunista en 1950 y admitido de nuevo en 1956; más tarde lo expulsaron definitivamente. Fue profesor de literatura comparada en París. Desde 1993 escribió sus libros en francés.

Las obras de Milan Kundera son muy importantes. ‘La broma’ (1967), fue catalogada por Louis Aragon –uno de los fundadores del surrealismo– como una de las mayores novelas del siglo XX. Otra obra suya, ‘La vida está en otra parte’ (1973), fue galardonada con el Premio Médicis por ser la mejor novela extranjera publicada en Francia en 1973. ‘El libro de la risa y el olvido’ (1978) es una mezcla de novela, colección de relatos y reflexiones del autor. En esta obra Kundera define el concepto “litost” como un estado de padecimiento producido por la visión de nuestra propia miseria puesta repentinamente en evidencia cuando nos comparamos con otra persona”. Es lo que llamamos la “autoconmiseración”.

El novelista checo Milan Kundera. (Foto: C.Hélie/Gallimard)
El novelista checo Milan Kundera. (Foto: C.Hélie/Gallimard)

En 1981 el conjunto de su obra mereció en Estados Unidos el Premio Commonwealth. El año siguiente el autor checo recibió el Premio Europa de Literatura. Son también de Kundera las novelas ‘El libro de los amores ridículos’ (1969), ‘La inmortalidad’ (1988), ‘La ignorancia’ (2000), ‘El festín de la insignificancia’ (2013) y ‘La despedida’ (1972). ‘El arte de la novela’ (1986) es la reunión de siete ensayos. La obra de teatro ‘Jacques y su amo’ fue presentada en 1971.

En 1984 Kundera publicó ‘La insoportable levedad del ser’, su obra maestra. Esta novela narra la fragilidad del destino de una persona, resaltando cómo la vida de un solo individuo carece de importancia dentro del concepto del “eterno retorno”, de Nietzsche, ya que en un universo infinito todo se repite una y otra vez. En esta narración Kundera mezcla el amor, los celos, la traición, la política, los conflictos sicológicos y filosóficos. Aunque no es para todo tipo de lectores, algunos críticos consideran esta obra como una genialidad.

En 1968 Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes conocieron a Milan Kundera, en Checoslovaquia. Después de leer las pruebas de imprenta de ‘Cien años de soledad’, el checo afirmó: “… y resulta que la novela no era más que imaginación libre. Una de las más grandes obras de la poesía que conozco, en cada una de cuyas frases brillaba la fantasía, y cada una era una sorpresa”. La admiración de este escritor por los autores latinoamericanos del momento se manifiesta en sus propias palabras: “Cuando pienso en el arte de la novela, su historia se me figura como un camino en tres etapas: la primera, la más larga, inaugurada por Rabelais; la segunda es la del siglo XIX, y la tercera, la de la novela moderna, que creo fue inaugurada por mis compatriotas europeos Kafka y Musil, y alcanzó su apogeo en América Latina y fue encarnada en mi imaginación por aquellos tres hombres cuarentones con quienes viví en los amargos días de Praga una felicidad improbable, vigilada por las metralletas del ejército ruso”.

Son frases de Kundera: “El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados, solo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo; y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido”. “La juventud es terrible: es un escenario por el cual, calzados con altos coturnos y vistiendo los más diversos disfraces, los niños andan y pronuncian palabras aprendidas, que comprenden solo a medias, pero a las que se entregan con fanatismo”.

Milan Kundera falleció el 11 de julio de 2023 en París. Que estas palabras sirvan para recordar al escritor que, sin tener como idioma materno el castellano, afirmaba: “Mi único compromiso es con Cervantes”. Columnista invitado: José Alejandro Vanegas Mejía./IVA

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