Por Ec. Omar Escobar

Según los críticos literarios dicen que Platón se empeñó en decir que la literatura es un campo del irracionalismo y la filosofía el terreno del racionalismo, y a mi entender creo que es al contrario, muchos de los filósofos –incluso Nietzsche_ han pasado su vida construyendo irracionalismos.

Platón (427 -347ac) frente a Hipócrates (460-370 ac), era un idealista consumado. Mientras Hipócrates fundamentaba la medicina en causas materiales, fisiológicas y naturalistas, Platón las fundamentaba en la metafísica y demás espectros de la divinidad. Consideraba que el poeta es un loco, desposeído de razón que lo lleva a crear la literatura.

Para Platón, las obras de Homero, no son razonables pero su utópica obra la república si lo es… Según Jesús Gonzales Maestro, La republica de Platón, expulsa la literatura por que la literatura no cabe en una utopía. La literatura es la negación de la utopía y del ideolismo. La literatura es una forma de desengaño pero tampoco desconoce elementos fantásticos del realismo mágico…algunas están con elementos de ficciones y otros de dioses, el problema es cuando se los creen. De allí que la literatura es una trampa… pero para quienes piensan desde la insipiencia. 

Los filósofos crean un montón de ficciones que tienen a creer en ellas como si fueran verdades eternas. Por tanto, la filosofía termina siendo una forma de autoengaño. Actualmente, se habla de filosofía de la medicina, filosofía de la política, e incluso abarca hasta la Ética, dado que no tiene un contenido propio porque siempre ha estado expropiando contenidos a la ciencia. La filosofía llega hasta Newton; si bien hace unas preguntas filosóficas pero las respuestas son científicas. Por tanto, la filosofía no le quedan sino dos facetas para recrearse: la religión y la política, crear dioses y “líderes” para glorificarlos y exaltarlos, de esa manera implanta una mecánica para explicar el funcionamiento de la vida y la política. Así la religión se supedita a las ficciones como la política a las ideas vagas del político de turno.  

La literatura es una cuestión metódica para interpretar la realidad, por tanto, no hablaría de literatura sino de ciencia literaria, porque permite analizar  metodológicamente los materiales literarios, superando todo los sesgos ideológicos. La ciencia es el único camino racional, ni la religión, ni la política, ni la filosofía han alcanzado nunca los progresos de las ciencias. Religión, política y filosofía han sido, y siguen siendo obstáculos en el desarrollo de las ciencias. A lo largo de la historia, tanto sacerdotes, políticos y filósofos han tenido la manía de destruir la literatura; el mismo Platón que pregonaba la limitación a la propiedad privada, también proponía el veto a los poetas. Sin embargo, la literatura es aquella construcción humana que, a lo largo de la Historia, ni la religión ni la política han podido evitar ni censurar.

Ante la imposibilidad de destruirla, aspiran a censurarla. Y si en la censura fracasan, siempre queda una alternativa: “hacerla incomprensible, tornarla ininteligible, disolverla en lo sensible, enajenarla de la razón. Platón puso mucho empeño en esta última obsesión: decretar el irracionalismo sustancial de todo lo poético. Como si su propia filosofía, idealista y aberrante, utópica y totalitaria, dogmática y patibularia, fuera más racional y compatible con la realidad. Hay más patologías en las ideas políticas de Platón que en la lírica de cualquier poeta”.(JGM)

Ante el Platonismo, aún vigente, nos queda “Cervantes de Alcalá” ese genio padre del Quijote, un libro para desengañarse, no para ilusionarse. Representa “la lucha contra el idealismo que nos hace incompatibles con la realidad, es la gran aportación del Quijote” (JGM).

Don Quijote de la Mancha. Novela escrita por Miguel de Cervantes Saavedra
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