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Por: Anny Margarita Herrera Villa*

El liderazgo y su ejercicio, suponen un todo especial, motivar, primero, a sí mismo y, después, a los demás; una actitud optimista y positiva, de esperanza frente al futuro; busca trabajar con la gente, por la gente, para la gente y para la sociedad es una meta en el liderazgo; tener ideas o iniciativas colaborativas para convertir las ideas en realidad, lo que significa emprender acciones para la imaginación, para la innovación de la creatividad, del desarrollo del espíritu de la curiosidad; y, supone igualmente, que hay que hacer, para poder liderar. Al respecto, bien sostienen ilustres expertos en la temática, que no hay liderazgo sin creatividad y sin innovación, al tiempo que también supone el liderazgo que se están desarrollando posibilidades, nuevos caminos distintos, oportunidades por explorar, a partir del ejercicio del liderazgo, que incluye necesariamente la creatividad.

El liderazgo innovador permite que las organizaciones permanentemente se transformen, se adapten a las nuevas realidades de su entorno; de ahí que interese crear para creer y creer para crear. La creación es un camino para la credibilidad del ejercicio del liderazgo. Solo entendiendo una debilidad, se desarrolla una capacidad positiva nueva para crear algo más y tener nuevos caminos y mayores posibilidades.

El camino de cómo se asocia la creatividad y la innovación en un liderazgo innovador supone, entre otros aspectos: -Estar primero consciente de las nuevas realidades del mundo. -Estar a tono con la Cuarta Revolución Industrial. -Reconocer, también, el sentido del humanismo ya no en la cuarta revolución sino también en la Quinta Revolución Industrial. -Ser conscientes de las innovaciones que se derivan del cambio climático, de la mitigación de ese cambio climático y de las nuevas formas de energía. -Abordar los nuevos desafíos de la abundancia, sobre todo, tan importantes para el emprendimiento y los retos en salud, particularmente en longevidad. -Avanzar en el emprendimiento de base tecnológica.

El liderazgo creativo es un ideal en el que se está permanentemente ansioso. Ávido de identificar nuevas posibilidades para la organización. Se trata de un liderazgo que permanentemente está desarrollando un espíritu cuestionador. Cuando se está en él, necesariamente, se debe consultar a distintos actores de la sociedad, llámense clientes, proveedores, competencia, reactores, regulatorios o reguladores, empleados. Entonces, hablamos de un liderazgo mucho más participativo, con una enorme capacidad de escucha, porque tampoco hay liderazgo creativo sin capacidad de escucha.

Este liderazgo basado en la curiosidad, la observancia y el cuestionamiento tiene que necesariamente ser muy flexible para crear estructuras al interior de las empresas, debido a que permite explorar nuevas alternativas, nuevos productos en procesos, en servicios, en formas de operación y en disposiciones logísticas, entre otros temas. Tiene que ser un liderazgo que genuinamente esté reflexionando sobre el futuro, pero, sobre todo, anticipándose a él. El liderazgo creativo no significa ser exactamente lo mismo que antes de una manera distinta, además de ser capaz de entrar a nuevos escenarios nunca antes previstos, de encontrar potencialidades distintas o nuevas, de involucrarnos en estadios distintos a los que están tradicionalmente acostumbradas las organizaciones, para lo cual nunca antes se ha estado preparados. En síntesis, el liderazgo creativo no es un ejercicio de formación en el liderazgo, sino es una capacidad, unas habilidades de adaptación a nuevas realidades y a nuevos entornos. Es clara y definitivamente liderar con creatividad e innovación.

*Ingeniera Industrial. Especializada en Proyectos de Desarrollo.

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