Por: Lisbeth Paola Barraza Escorcia*
En el marco de nuestro hoy, un concepto que ha trascendido debates y afianzarse con vigor en las agendas políticas, sociales y culturales a nivel global, es la igualdad de género, que es entendida como una cuestión de derechos humanos y una condición de justicia social; también una cuestión básica, indispensable y fundamental para la igualdad entre las personas, para el desarrollo y la paz; conceptualmente hablando, tenemos que decir de ella, que es el que mujeres, hombres, niñas y niños deban gozar, por igual, de los mismos derechos, recursos, oportunidades y protecciones; al tiempo que exige medidas concretas destinadas a eliminar las inequidades por tal razón y significa una distribución justa de los beneficios, el poder, los recursos y las responsabilidades entre las mujeres y los hombres.
La igualdad de género va mucho más allá de ser una mera consigna, joy, este principio y valor normativo se erige como un pilar fundamental en la edificación de una sociedad más justa y democrática; de ahí que para abarcar su pleno significado, necesario sea analizar sus matices y evolución histórica, en la afirmación que aspira ella a brindar los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades a todas las personas, reconociendo que no siempre partimos del mismo punto, por lo que busca proporcionar a las personas lo que necesitan para acceder a esas mismas oportunidades. es lo cual una distinción sutil pero crucial que obliga a reconocer que las personas somos seres situados y nos atraviesan contextos y condiciones diversas, tales como edad, condición de discapacidad, origen étnico y social, entre otras diferencias que, debido a estereotipos y prejuicios, se traducen en desigualdades desafortunadamente y es parte de lo que en estos contextos debe y tiene que cambiar.
En este argumento, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) emergen como grandes aliadas. Las inteligencias artificiales (IA), con las que ya convivimos, llevan esta promesa un paso más allá y abren caminos inexplorados hacia la igualdad. En lo laboral, las IA podrían erradicar los sesgos de género en procesos de selección, asegurando que la idoneidad sea el único criterio. Y, en el campo de la salud, la personalización de tratamientos y diagnósticos, adaptados a las particularidades de género, promete una atención más accesible y equitativa.
Pero para que esta visión se materialice, deben tenerse en cuenta varias propuestas que podrían servir como orientación, tales como, lo que es fundamental, que quienes crean y desarrollan tecnología tengan una perspectiva de género sólida e interseccional, garantizando que las soluciones tecnológicas sean inclusivas y accesibles; efecto para el que las auditorías de algoritmos también serán esenciales para evitar la perpetuación de sesgos; ni siendo menos importante en consecuencia, garantizar que las TIC sean accesibles y asequibles para todos, evitando que se conviertan en un lujo y promoviendo su correcta utilización, en lo que ayudará una colaboración interdisciplinaria que dé lugar a soluciones más innovadoras y holísticas.
Hay en esto aspectos cruciales a considerar, como es la privacidad y seguridad de los datos, los cuales no pueden ser comprometidos en la búsqueda de igualdad, por lo que es vital que las personas afectadas o susceptibles de serlo, participen activamente en el diseño e implementación de soluciones tecnológicas; puesto que dado el constante cambio del panorama tecnológico, la educación y actualización en esta materia, indefectiblemente, deben ser permanentes y continuas.
Necesario es también, reconocer que son justamente las personas más susceptibles a experimentar situaciones de discriminación, las que guardan mayor distancia en la generación, actualización y uso de las tecnologías, por lo que es esencial que las instituciones garantes instituidas para el efecto atiendan, de forma diferenciada y tomando en cuenta estos sesgos, las necesidades de las personas y grupos mayormente vulnerables razón por que las TIC e IA, nos ofrecen una visión prometedora para alcanzar una auténtica igualdad de género, lo que imp0one abordar lo cual con mirada crítica, adaptándonos y reinventando nuestras estrategias a medida que avanzamos en lo tecnológico; debido a que en esta articulación tecnología / humanidad, encontramos una oportunidad sin antecedentes para que la igualdad de género deje de ser una aspiración y se convierta en una verdadera realidad, por lo que debemos y tenemos que comprender que es la igualdad de género una condición indispensable para consolidarnos como una sociedad democrática y socialmente justa, como debería y tiene que ser.
*Lideresa Social Comunitaria. Conferencista. Tallerista