Principio fundamental de la actividad turística.

Sin atractivos naturales no hay turismo, así de simple.

Por Javier Genaro Jiménez Jordi (El Viejo Javi)

Periodista de Turismo

Doy apertura al presente artículo con dos frases sobre la relevancia de la sostenibilidad y la generación de empleo de los señores secretarios generales de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, y Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili:

“El turismo puede hacer mucho bien en nuestro mundo, con un papel en la protección de nuestro planeta y su biodiversidad y en la celebración de aquello que nos hace humanos: desde el descubrimiento de nuevos lugares y culturas hasta la conexión con nuevas personas y experiencias”. 

“Nuestro sector les da oportunidad de ganarse la vida. Y de ganar no solo un salario, sino también dignidad e igualdad. Los empleos del turismo empoderan también las personas y les brindan una oportunidad de encontrar su lugar en sus propias sociedades, a menudo por vez primera”.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) sostiene enfáticamente que los principios de sostenibilidad están ligado íntimamente a los aspectos no solo ambientales sino también económicos, sociales y culturales del desarrollo turístico, por lo tanto, afirma, debe coexistir un equilibrio real en estas tres dimensiones para lograr la supervivencia del turismo y a largo plazo su sostenibilidad, porque a la hora de un buen café suave colombiano, anoto, el recurso humano, sin el recurso natural y socio cultural que brinda la ecuación Naturaleza / Medio Ambiente / Sostenibilidad, no tendría la base piramidal del disfrute, recreación, esparcimiento y uso del tiempo libre por parte de las personas, sean turistas o visitantes: sin atractivos naturales no habría turismo, ni cultura, agrego, así de simple.

De acuerdo con la OMT, el turismo sostenible debe hacer un uso óptimo de los recursos ambientales que constituyen un elemento clave en el desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales para conservar el patrimonio natural y la biodiversidad; de igual manera, el turismo sostenible debe respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades locales, anfitrionas o de acogida, conservando su patrimonio cultural y sus valores tradicionales.

El turismo sostenible debe, también, garantizar operaciones económicas viables a largo plazo, proporcionando beneficios socioeconómicos a las partes involucradas que estén equitativamente distribuidos, incluyendo oportunidades dignas de empleo, irrigación de ingresos, servicios sociales a las comunidades anfitrionas y, como fin último, diría yo, coadyuvar en la mitigación de la pobreza. 

Toda esta columna vertebral de la sostenibilidad como factor de crecimiento económico y desarrollo social y cultural de los destinos y comunidades locales, la tuvo en cuenta el Congreso de la República al expedir la nueva Ley General de Turismo, la 2068 de 2020. 

La nueva ley marco del turismo colombiano gira alrededor de la sostenibilidad y a la implementación de mecanismos para la conservación, protección y aprovechamiento de los destinos y atractivos turísticos. Sin atractivos naturales no habría turismo, así de simple, como tampoco existiría la cultura, como dije un poco más arriba.

La sostenibilidad también es la razón que obligó al Gobierno Nacional a través del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) adoptar con el Decreto 646 del 16 de junio de 2021 la Política Pública de Turismo Sostenible “Unidos por la Naturaleza”, teniendo en cuenta que el artículo 79 de la Constitución Política consagra que todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano y que es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y de fomentar la educación para el logro de tales fines.

La Política, primera de su tipo en el país, tiene como fin posicionar la sostenibilidad como eje fundamental en torno al desarrollo del turismo en Colombia como factor de competitividad de los negocios turísticos y “acoge una visión a largo plazo, que se materializa en un plan estratégico al año 2030, el cual busca armonizar los objetivos de desarrollo económico y sociocultural del turismo con la necesidad de proteger el capital natural”, señaló la ministra del ramo, María Ximena Lombana Villalba.

La autoridad del turismo nacional coordinará su implementación creando mecanismos de articulación adecuados tanto en el sector público como en el privado en consonancia con las entidades territoriales puesto que la política obligatoria en el territorio nacional y, en consecuencia, es de acatamiento por los diferentes actores de la cadena de valor del sector.

No en vano hoy el turismo receptivo y doméstico, conscientes del valor de la naturaleza y su medio ambiente, buscan comunidades anfitrionas y destinos comprometidos con la sostenibilidad de los recursos naturales y culturales y, Colombia, segundo país más biodiverso del planeta después de Brasil y también primero por kilómetro cuadrado, tiene, más que cualquier otro, el compromiso y la obligación de ser el abanderado en el continente americano, del cuidado, conservación y protección de la naturaleza y su medio ambiente.

Sencillo y sin plastilina: a la naturaleza y su medio ambiente todos debemos protegerlos porque el “otro medio eres tú”.

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