Por: Rafael Robles Solano*
Con esta columna, concluyo el seguimiento y análisis de los percepciones que concurren a la presente serie de valoraciones sobre el estado de la salud en Colombia, intentando esclarecer o mejor, puntualizar la realidad, más allá de las múltiples versiones contradictorias con que se maneja y se vende su situación a la opinión pública, la prestación de los servicios médico asistenciales que las EPS prestan en general y al margen de “que la inmensa mayoría de sus defensores coincide en aceptar que a pesar de las múltiples fallas estructurales, los servicios funcionan, de modo que no se necesita destruirlos y acabarlos.”
Y es precisamente por causa de los cuestionamientos en torno a la presunta corrupción que se ventila sobre la administración de los recursos financieros y las citadas fallas estructurales, que son reconocidas por los congresistas defensores de las EPS, pero quienes a pesar de ello pregonan y se ufanan de que nuestros servicios médico asistenciales se destacan entre los mejores del mundo, apoyados con datos por citar una referencia de la revista inglesa THE ECONOMIST (septiembre/2023), que sitúa a Colombia en el sexto lugar, por encima de Estados Unidos y Cuba, en términos de calidad y accesibilidad de la atención médica, basados en que tenemos unas coberturas que alcanzan a más del 90% de la población, para con esa clase de argumentos justificar el oponerse y forzar el hundimiento de la reforma de la salud.
Sin el propósito de polemizar con nadie, pero atendiendo y respondiendo airados reproches de varios de mis apreciados lectores, me permito recoger informes de algunas organizaciones internacionales encargadas de divulgar listados de las naciones con los mejores sistemas de salud a nivel global, donde se aprecia como publica El Magazine CEOWORLD 2024, y vaya sorpresa, allí Colombia figura en el puesto 81, por debajo de Brasil (38), México (45) y Costa Rica (47), por solo citar las tres primeras de América Latina. Otras fuentes, con datos recogidos de la WPP WORLD REPORT y la Universidad de Pensilvania (EU), del año pasado, sitúan al país en el puesto 67, y a nivel regional en el noveno puesto, por detrás de México, Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Uruguay, Republica Dominicana y Perú, todos estos países “con bajas calificaciones en ítems como estabilidad económica, igualdad de ingresos y seguridad.”
Así las cosas, evitando como ya anuncié, entrar en innecesarios debates, lo cierto es que nuestras EPS, además de privilegiar y convertir la prestación de los servicios de salud en prósperos negocios rentables para sus accionistas, asfixiando de paso a las redes públicas de salud y desestimando la implementación de infraestructuras adecuadas para los servicios medico asistenciales en ciudades medianas, pequeñas y rurales, como acontece con San Andrés islas, donde sólo brindan buenos servicios complementarios de baja complejidad, pero, cuando se trata de las citas con especialistas, exámenes y cirugías delicadas o urgentes, entonces los pacientes deben ser trasladados a Cartagena, para someterse a los procedimientos dispuestos, por ejemplo, para que les habiliten las cirugías. Lo mismo acontece cuando se trata de las llamadas enfermedades “huérfanas”, que suelen estar sujetas a trámites dilatorios y finalmente, reiterar que la atención primaria en las zonas rurales es prácticamente inexistente, como he señalado en los artículos anteriores.
Bajo las circunstancias descritas y para concluir, personalmente estimo oportunas las propuestas para reformar la salud, las intervenciones dispuestas por el Gobierno sobre la Nueva EPS y SANITAS, rechazando que consideren que estas, hacen parte de supuestas retaliaciones, pues con esas actuaciones, se le pone seriedad a las tergiversaciones mediáticas que las EPS han hecho, porque se pretende administrar y hacer la trazabilidad del manejo directo de los enormes recursos que reciben, como en efecto, ya se dispuso, o sea, efectuar el giro directo por parte de la ADRES a la mayor parte de las IPS y redes públicas, para garantizar el pago oportuno y mejoras laborales de los trabajadores de ese sector, la calidad en la atención primaria de las poblaciones rurales y marginales, fortalecer la llamada medicina preventiva, el acceso a los medicamentos esenciales, etc. Entonces, confiemos en los beneficios de estas determinaciones.
*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com
Un análisis certero