Blaicer Moreno Córdoba

Por: Blaicer Moreno Córdoba*

Fundamental en las instituciones que posibilitan la democracia es la realización regular de elecciones libres y abiertas para seleccionar a representantes que se encarguen de manejar la totalidad o la mayor parte de la política pública de la sociedad; ella, la participación incluyente en la selección de líderes y políticas por medio de elecciones libres y justas, es un elemento decisivo de la relación entre la democracia y la participación de los ciudadanos en el proceso electoral; y por último, debe quedarnos claro que la participación en el proceso electoral es crucial para dar legitimidad democrática a estructuras e instituciones de gobernanza.

Votar, además de un derecho, es un deber cívico y un privilegio, ya que es la posibilidad de elegir por nosotros mismos y no dejar que otros lo hagan; de ahí que elecciones y procesos electorales deban tener en cuenta consideraciones tales como que el pueblo debe entenderse desde la ciudadanía, que otorga el derecho a participar en las votaciones que se llevan a cabo para elegir. Procesos electivos que, por su importancia y casuística, indican prioridad, preeminencia o superioridad al hacer referencia al grupo de ciudadanos con derecho al voto. Traduce dicho derecho igualdad de acceso a los cargos de responsabilidad y de condiciones.

El acto, actuación, acción o hecho de votar nos da el privilegio de poder participar en los asuntos de los territorios, por lo que debemos cuestionar la falta de apego de las personas a la hora de ejercer nuestro derecho a voto en los procesos eleccionarios, donde un porcentaje importante del censo electoral que supera el 50% no lo hace, siendo la grande invitación participar, en la advertencia que no es de recibo dejar que quienes si lo hacen de una u otra forma están opinando por nosotros, lo que nos coloca en una relativa minusvalía de todo orden; y es sin duda lo cual, así planteado, lo menos aconsejable, puesto que nos limita en la participación de la cosa pública. Votar es una forma de comprometernos con el sistema social, tan falto de valores hoy por hoy.

Soy consciente que un día como el de las elecciones, siempre en domingo, hay y habrá mil, más y mejores sitios en el que invertir nuestro descanso dominical; pero no nos olvidemos que somos unos privilegiados, ya que somos poseedores de algo tan importante, como el ser garantes del derecho al sufragio activo y de manera personal, secreta y universal. ¡Lo más importante de las elecciones es sin duda participar! No lo olvidemos. Y repito, No dejemos de opinar y dejar con tan inexplicable actitud que los otros que si ejercen dicho derecho lo hagan por nosotros.

*amerlyng@gmail.com – Administrador de Empresas. Especializado en Proyectos de Desarrollo. Asesor y Consultor Político y Empresarial

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