JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito

Los mandatarios de cualquier nivel tienen toda la razón en exasperarse ante los muchos consejos que les ofrecen asesores y no asesores, lo que mucho daño hace cuando no se cuenta con un equipo sólido, compacto, homogéneo, con espíritu de cuerpo y sentido de pertenencia construido a lo largo de los días. Genera ese concierto de consejos, además de opiniones encontradas la mayoría de las veces, frustraciones, ambigüedades e incertidumbres que desestabilizan a cualquiera, al no saberse a ciencia y conciencia cierta cuales son verosímiles, servibles o inservibles, posibles o probables de aplicar, ladinos, lisonjeros y demás, lo que entraña peligros varios.

En esto de la buena política y la mejor gestión gubernamental importan conocimiento de la cosa pública, seguridad, preparación, primera condición. capacidad, osadía, creatividad, innovación que no improvisación, espontaneidad, talento y talante, empatía, seriedad, certeza, bondad, credibilidad, disciplina, ceñirse al mensaje central, serenidad, atacar constante e inmisericordemente lo que bien y mejor lo merezca, contestar siempre de manera puntual, hacer caso omiso de necedades, nunca dejar escapar de las cuerdas vivo al adversario y menos cuando razón se tiene. De la misma manera actuar con inteligencia, gran agilidad, tino, y ante alguna barbaridad, increpar con la fuerza poderosa y contundente de la argumentación.

El exceso de temas perjudica, de ahí la importancia de escoger uno, dos o tres, como, por ejemplo, lo que mayor y negativamente nos toca, tales como seguridad, salud, corrupción y volver siempre sobre ellos. Ser uno mismo en política da positivos resultados. No rentan las poses mentirosas. Asesorarse vale la pena. Hablar con quienes ya han estado en tales lides, quienes saben cómo es, y la experiencia es gran maestra.

Soportado es lo cual, a mi entender, en el cuestionamiento que no hemos definido el perfil integral que nos debemos como país, sobre todo respecto de un claro funcionamiento político en cuanto al proceso de definición jurídico-político, y menos en relación con una conciencia social debidamente definida que no hemos podido consolidar. Requerimos reafirmarnos, establecernos como la República en lo general y unidades territoriales en lo particular que merecemos ser, en lo que se impone robustecer garantías individuales, sociales, equidad e igualdad, así como vigorizar y ponderar un sistema electoral fortalecido y realmente confiable que no deje lugar a dudas de ninguna naturaleza.

Tenemos que ser un país que de manera permanente y continua mucho y más discuta el contenido que deben tener obras y decisiones de toda índole y a todo nivel, poner énfasis en las necesidades esenciales de la población: seguridad, educación, salud, economía medio ambiente, infraestructura, inversión social, mantenimiento de las instituciones y la potenciación del Estado. saramara7@gmail.com

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