JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito*

Grande hombre fue sin duda alguna el Doctor Gilberto Álzate Ronga. Abogado, conductor e ideólogo quien dejara este plano terrenal en días pasados al arcano infinito e ignoto causando entre quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, dolor inmenso. Profesional intelectual, culto, docto, versado, enhiesto, digno, transparente, altivo, asertivo, sólido, contundente, acertado, superior. Así siempre fue. Pérdida irreparable su partida. Su labor en las huestes del partido conservador fue inconmensurable, mismas en las que brilló con luz propia y donde adelantó una obra de valía inmensa, como correspondía a quien fuera hijo de uno de los más notable dirigentes políticos de esa importante facción política en el país, Doctor Gilberto Álzate Avendaño.

Doctor Gilberto Álzate Ronga. Abogado, ideólogo y dirigente politico conservador. Mil y más veces gracias. Adiós. Hasta siempre

Grandiosa la humanidad de este ilustre personaje que estamos despidiendo. Conferencista calificado, profundo, cautivador, de grandes luces y conocimiento extenso. Falta mucha hace su ausencia. Vasta fue su obra política y su proselitismo de altura con los que hizo no solo a su partido sino al país un reconocido aporte desde la labor académica que por varios años regentó desde el seno de partido Conservador.

Lo conocí desde la Universidad, siempre comprometido y siempre persiguiendo grandes anhelos. Creyente convencido a ultranza de la democracia, que la creía el sistema y escenario mejor, así como la senda propicia para alcanzar un óptimo estado de desarrollo. Pensó siempre universalmente y así lo reflejo en su obra, ser, hacer y quehacer académico, personal, profesional y político.

Fue Gilberto Álzate Ronga, una persona íntegra, sencilla, humana, servicial, humilde, firme, también flexible y conciliador. Trataba a todos por igual. Rompía los hielos más duros. Dotado de un natural instinto y ayudado por su formación resolvía difíciles conflictos políticos con una sencillez pasmosa. Nunca le interesó el poder, pero cuando lo detentó, lo hizo con maestría. Su principal característica como conductor fue la conformación de equipos de trabajo con proyectos autónomos, que él estimulaba permanentemente. Le gustaba delegar, y apoyaba firmemente a sus equipos en general y a sus miembros en particular. Como para él lo principal siempre fueron las personas, se preocupaba y esmeraba por propiciar muchas ocasiones de encuentro social en las que se generaban fuertes lazos de amistad y compromiso con el proyecto común. Estuvo, asimismo, siempre preocupado del bienestar de las personas que trabajaban en su entorno, especialmente de los más vulnerables. Sabía llegar a todos, acompañando en momentos de dificultad, y apoyando cuando era necesario. Luego de su partida he conocido innumerables relatos de personas que recibieron su cariñoso consejo y ayuda de manera anónima y por ende desinteresada.

Igual tenía un sentido del humor exquisito. Hablaba de su amor por el partido conservador y lo mayormente positivo que debía ser en beneficio de los más necesitados de la patria, gesto que reflejaba de cuerpo entero su calidad humana, su calidad de hombre bueno. Agradecía siempre la bondad de otros.

Gracias en nombre de todos quienes te conocimos. Gracias por tu amistad, por tu consejo, por ayudarnos a ser mejores personas, por ayudarnos a perfilar un mejor partido, por tu fé, por dejarnos un recuerdo tan limpio, por tu sonrisa amplia y transparente, por tu risa fácil e inteligente, por tus libros, por tu trabajo, por tus orientaciones, por tu conducción y condición de hombre superior. Por creer en que siempre podemos ser mejores como humanos. Gracias. Mil y más veces gracias. Adiós. Hasta siempre. saramara7@gmail.com

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