Por: José Manuel Herrera Villa*
Debe llegar el día y ojalá sea pronto, en el que no dejemos de saludar y aplaudir los avances todos que ganarse deben con visiones, debates, acercamientos y realizaciones los grupos poblacionales menos favorecidos por la fortuna, los cuales obligados están desde la sensatez y la concordia a hacer valer sus derechos civiles como un hecho positivo, que si bien no será lo cual del todo suficiente porque persisten los problemas y hay que convenir que aún hay marcadas distancias frecuentemente entre las leyes y las realidades; es decir, que el cumplimiento efectivo de lo que se aprueba deja muchas veces un cierto sabor amargo, por lo que no se excluye que tengamos además problemas adicionales muy concretos.
Ejemplo de ello lo es la exclusión o discriminación de la mujer en la vida económica y, los muy graves de la pobreza; tema realmente importante que debe preocupar, ocuparnos de él a fondo y comprometerse en su trabajo. Así mismo, en los temas de participación política, las violencias todas y la autonomía económica de la mujer que debe ser ciertamente uno los grandes objetivos y compromisos a futuro junto con la democracia de ciudadanía que lleve a manejar mejor las economías, toda vez que hay circunstancias que empujan para que sea posible acceder en el mañana a tasas de crecimiento económico elevadas.
Será lo cual una gran oportunidad en muchos aspectos, pero uno en particular, que es entrar a fondo a trabajar en el tema pendientes de los menos favorecidos, donde deberíamos caminar hacia un gran pacto por la equidad y la igualdad, centrados en la capacidad de ser fiel en el progreso económico sostenido, en lo que interesa colaborar para hacerlo una realidad en todas nuestras latitudes, lo que significaría pensar que quizás la equidad y la igualdad tenga oportunidades como no la han tenido nunca.
Se impone igualmente ir tras la oportunidad de resolver el tema de la pobreza de forma mucho más acelerada, a mejores condiciones de empleo formal y trabajo, con lo que haríamos avances significativos a partir de focalizar acciones concretas para consolidar un verdadero pacto por la equidad y la igualdad que comprometa a los grandes actores sociales, sectores políticos, económicos y poner el tema de la igualdad sobre el tapete.
Los problemas de equidad, igualdad, pobreza, participación, debemos convertirlos en oportunidades, acelerarlos, en sus soluciones, donde todos tengan un papel activo para saber cómo se distribuyen los ingresos, cómo se puede aplicar en forma más efectiva la dotación de recursos, opinando sobre las grandes estrategias del ambiente, desarrollo social y económico, más cuando los modelos económicos están cambiando. Tenemos sí o sí que aprovechar el capital intelectual de todos y hacer de él un elemento que contribuya a una mejor asignación de los recursos e identificación de las prioridades, momento este en el que habremos librado la batalla no solamente cuando se haga la conquista que en la ley pueda llegar a la realidad sino cuando lleguemos a construir una verdadera cultura en todos los sentidos que mayormente afectana tales núcleos poblacionales.
Que no sea lo cual algo que tenga que estar solamente en la ley, sino que sea en la forma de vivir, de sentir las cosas que ocurren en la sociedad. El día que tengamos esa cultura habremos librado finalmente la batalla. Mientras tanto hay que seguir pendientes, alerta, y pensar que estos son un gran tema de la civilización que está aflorando en todas partes, que nos lleve a crear y trabajar por esa cultura que vaya más allá de las leyes para ser una forma de convivir y vivir todos en donde nos apoyemos mutuamente respetándonos y buscando en ese respeto los integrales progreso y prosperidad para todos.
*Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación, Evaluación y Gerencia de Proyectos de Desarrollo