Por: Iván Meneses,📇 Periodista de investigación.
En el sector de Costa Azul, en la ciudad de Manta, Ecuador, fueron asesinados tres hombres de nacionalidad colombiana.
Uno de los colombianos asesinados fue identificado como Manuel Antonio Berona Morales de 28 años, y era oriundo del corregimiento de zapatosa, Cesar, en donde vivía con su señora madre, Miryam Morales.
En ese corregimiento de dedicaba a las labores del campo, labrando la tierra y a la pesca en la Ciénaga.
Berona Morales, recibió una llamada por parte de dos amigos suyos, quienes le dijeron que le tenían un trabajo en Ecuador como albañil en una construcción. Sin dudarlo viajó a la ciudad de Manta, esperanzado en que la vida por fin le iba a cambiar. Contento Manuel le cuenta a su progenitora, quien le deseo lo mejor.
Los amigos de Berona correspondían con el nombre de Yelfrin Enrique Rangel nativo de Arenal, y Gustavo Andrés Arguelles de Río viejo, Sur de Bolívar. De conoció que este último era hijo del ex alcalde del municipio, el señor Mario Arguelles.
Del hecho de sangre ocurrió en la noche del pasado miércoles 15 de Febrero.
De este solo se conoce hasta el momento que los colombianos se encontraban fuera de un establecimiento compartiendo, y al lugar llegaron hombres fuertemente armados y dispararon sin compasión en la humanidad de los colombianos.
Según información de la policía ecuatoriana, hallaron una camioneta incinerada. Al parecer podría tratarse del vehículo que usaron los asesinos de los tres nacionales para no dejar huellas del triple crimen.
Al inicio el zapatosero, Manuel Antonio Berona quedó herido y fue trasladado de urgencia a una clínica en Manta. Ahí pese al esfuerzo de los médicos de salvarle la vida, su corazón dejó de latir por las fuertes heridas que dejaron los impactos de bala en su cuerpo.
Berona deja dos niños: una niña de seis años y un niño de tres, quienes residen con su abuela paterna en zapatosa.
La señora Miryam Morales, madre de Manuel Antonio, dependía económicamente de él, al igual que su compañera sentimental, Viviana Chacón. Ella se encuentra laborando en la ciudad de Santa, Marta, Magdalena. Ahora quedaron desamparadas.
El cuerpo del Cesarense se encuentra en medicina legal en Manta a la espera de ser reclamado por sus familiares, quienes no cuentan con recursos económicos suficientes para la repatriación del cuerpo.
La repatriación de los restos mortales del Cesarense le cuesta a la familia setecientos dólares.
Su madre Miryam vive en condiciones muy humilde en el corregimiento de zapatosa y no tiene dinero para darle Cristiana sepultura s su hijo. Ella le hace un llamado al gobierno Nacional, al alcalde de Tamalameque y a la gobernación del Cesar, para que le brinden la ayuda de traer a tierras colombianas, en particular a Zapatosa los restos de su hijo para que así pueda darle cristiana sepultura en el cementerio de la población.