Por: Iván Meneses- Periodista de investigación.
Estuvimos visitando la casa del señor Freddys, ubicada en Soledad- Atlántico, quien hace más de 40 años se dedica a la práctica del espiritismo. Él asegura haber recibido por parte de Dios el don de esta doctrina cuando era un niño.
Hoy a sus 64 años por medio de las ciencias ocultas sigue desempeñando su labor, con la cual ha sacado adelante a su familia.
Invocando a espíritus del inframundo con rezos y rituales, este hombre realiza sus trabajos usando las magias roja, blanca y negra en los trabajos que a diario realiza en el patio de su casa en donde tiene su altar. Ahí atiende a sus clientes, quienes llegan desesperados en busca de una solución a sus problemas, ya sean financieros, de salud, amorosos o laborales.
Las ánimas de los difuntos al ser invocadas por Freddys en cada conjuro, ya sea del tabaco u otro material para la realización de sus actividades paranormales, le conceden las peticiones que él les hacen favor de sus clientes.
“Soy consiente de que existe un Dios poderoso a quien le temo, pero él nos dio a todos libre albedrío. Además Dios me dio este don de trabajar con seres del más allá”, sostuvo el señor Freddys.
Al espiritista o parasicólogo no le gusta que lo llamen “brujo”, porque no lo es, ya que un brujo es aquel que trabaja para hacer el mal, puntualizó.
El día en que su corazón deje de latir, Freddys quiere dejarle como herencia la sabiduría y el conocimiento del arte a sus hijos, nietos y futuras generaciones como legado.
