Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*
Resolver la creciente inequidad en libertad y con orden, es encaminarnos juiciosos a garantizar el porvenir democrático del país como condición indispensable para el desarrollo social y humano, crecimiento económico, progreso, bienestar y prosperidad integral del país. El incremento de la desigualdad y la pobreza, que afecta a millones de personas en situación vulnerable; y el deterioro de la democracia, que amenaza nuestras libertades y derechos fundamentales, es un costo muy alto que hay que pagar por la incapacidad y autoritarismo de gobiernos que, además, quieren mantenerse en el poder al precio que sea.
Solamente un cambio de rumbo en la dirección correcta nos permitirá aprovechar las ventajas del acomodo mundial de la economía y crecer en capacidades para aliviar el dolor que lastima familias y comunidades pobres, impulso y motivo sentido de una propuesta de país que nos encauzar por sendas de avance social, lo que deberá responder a un proceso de elaboración y ejercicios de consultas, diálogos y propuestas con ciudadanos a través de múltiples foros y plataformas, en el que se registren propuestas de políticas públicas, líneas de acción orientadas a promover el desarrollo social solidario, con igualdad y mayores apoyos para las familias; impulsar una economía dinámica, inclusiva y sustentable, con más oportunidades para quienes menos tienen; alcanzar un territorio más justo y seguro que garantice el acceso de todos a la justicia y combata la corrupción e impunidad; consolidar un país democrático, que aliente la participación ciudadana, el fortalecimiento de las instituciones y la integración de gobiernos de coalición que representen los intereses de la sociedad.
Propuesta de esta naturaleza y el debate sobre su contenido es el primer paso para la construcción de alternativas democráticas de cara a las próximas elecciones. La emergencia nacional que vivimos, ante fracasos y autoritarismos, exige una propuesta responsable y representativa, capaz de poner en movimiento la fuerza social y la reserva moral de nuestras unidades territoriales.
Igualmente, otro paso a tener en cuenta es el compromiso de los aspirantes a los distintos cargos de elección popular, para incorporarlo como parte sustantiva de la agenda de los futuros gobiernos. El cambio que debe proponerse es un nuevo acuerdo ciudadano y político, que permita la reconstrucción de nuestros territorios, Debe ser una propuesta que anime a trabajar juntos para que nadie se quede atrás y a luchar unidos en defensa de nuestras libertades.
Es estar a la altura de las circunstancias, modificar métodos de selección de candidatos para impulsar candidatura de valía, Concretar métodos abiertos de selección, comprometerse con propuestas representativas de los anhelos de la ciudadanía, motivar la participación ciudadana y el voto consciente, que no pago, es el camino para lograr, con la participación de todos, el cambio que necesitamos. Señores, estamos aún a tiempo. Que todo sea por la ciudad y el departamento.
*Saúl Alfonso Herrera Henríquez. saulherrera.h@gmail.com – Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual