Por: Carlos Arturo Piñeros*
Entender nuestra realidad es un fenómeno un tanto complejo por los sesgos ideológicos y cuadriculas sociales aprendidas.
Nos encontramos ante un panorama de decisión política para elegir quien conduzca una nación llamada Colombia llena de contradicciones, inequidades, bondades, desastres sociales y físicos causados por nosotros, admitidos por causa u omisión de quienes han dirigido o gobernado desde la colonia.
País caracterizado por la violencia heredada de nuestros amados y respetados conquistadores recordados y enaltecidos con estatuas urbanas, victimarios de un horrendo genocidio de nuestros congéneres precolombinos conquistados con la espada y el evangelio, destinados a la desaparición, con un saldo pequeño de grupos residuales adoctrinados por la Santa Iglesia Católica.
Años de grandes feudos y posterior cambio a la “industria” acentuando la inequidad no solo en el campo sino en las improvisadas urbes es el panorama de más de cuatro siglos disputados por los gobernantes españoles y “cachacos” que con guerras de independencia y otras disculpas no lograron leer y resolver las necesidades verdaderas de los llamados colombianos, pujantes y emprendedores de los distintos niveles económicos.
Sociedad que en las últimas décadas naufragó en la cultura del narcotráfico, cultura de lo fácil, donde los valores se convirtieron en precios, donde conseguir dinero a cualquier consta es válido, volar pisoteando al otro da igual; donde gobernantes compran votos con dineros “limpios” o perversos mal olientes a droga, funcionarios públicos, empleados privados o independientes que adquieren capitales rápidamente sin explicaciones honestas y lógicas.
La sociedad del “patrón” el que manda bien o mal, pero manda, el que hace callar así sea para siempre al que no comparte sus conductas, es el común denominador y admiración de algunos sectores de nuestra sociedad, al que quieren imitar logrando poder o sumisión con la ilusión de ser algún día como tal.
La decisión política de elegir ante dos alternativas antagónicas para dirigir las arcas y conducir los intereses de la nación, disputadas en el extremismo ideológico y polarización de una sociedad fragmentada manejada por quienes astutamente dirigen el circo y aprovechan la ignorancia e incapacidad de análisis, de un buen sector de la sociedad, conlleva a que la repuesta sea mediante emociones, sin derecho a escuchar las diferentes posiciones del otro.
Recordemos que momentos difíciles ante adversidades transcendentales de toda índole en reiteradas veces han sido opacados con un partido de fútbol, o conflictos internaciones se han pretendido solucionar con un concierto vallenato.
Un país sumergido en la inequidad, pobreza de la periferia de las ciudades o de la misma nación donde los privilegios de las ciudades capitales centrales son incomparables con el margen del pacifico, sur y fronteras entre otros, inundados de pobreza y enriquecidos de narcotráfico, bandas delincuenciales de las llamadas derechas e izquierdas, son regiones victimas del abandono estatal donde mandan los patrones.
Algunos se atreven a comparar y afirmar que nuestro país se haya en buenas condiciones socioeconómicas dado que otras naciones vecinas están en lamentables condiciones, que dirían si lo comparan con países más desarrollados donde la verdadera democracia y la equidad social con gobiernos y economías capitalistas o socialistas no tiene una brecha social tan amplia. Tapar el sol con un dedo es fácil para tantos.
Colombia tiene una mayoría de sociedad mojigata, goda, rezandera, que se ufana de cristiana, sin saber su verdadero significado, son quienes asisten a las diversas iglesias a las prédicas o eucaristías dirigidas en su mayoría por curas provistos de sotanas y casullas donde ocultan la pedofilia y pederastia y a su vez transmiten la palabra de Dios. Otros asisten donde pastores que no discriminan ricos o pobres para extraerles el diezmo.
Los Candidatos segunda vuelta Presidencial
Después de primeras votaciones para elección presidencial quedan dos candidatos extremadamente opuestos con algo en común ( populismo): Un chabacan sin programa de gobierno, con índoles de patrón que lo arregla todo con un mandato dictatorial, donde la chequera funciona como tienda pueblerina, donde el legislativo debe ser eliminado con un soplo de arrogancia, es el que promete el ¿cambio, de que?. Tiene algo que funciona y remueve las emociones, (la identidad cultural con un fragmento de sociedad) a la que le gusta el berraco, el del madrazo, la cachetada y el hijueputaso, habla de la robadera, que al parecer es verbo que practica, dicho por denunciantes de su propio entorno. Acusa a su contrincante por no trabajar para hacer capital, si eso en un defecto ¿en que evangelio dice que Jesucristo trabajó? fue un desocupado.
Un segundo candidato populista, que promete solucionarlo todo; promete un cambio, dado que es de una corriente ideológica opuesta a cuatrocientos años de gobernabilidad, un cambio al cual muchos le temen por que creen es un salto al vacío, ¿será para bien?. Exguerrillero como otros, lo cual no le quita una formación intelectual e ideológica, conoce el país con una formación política de cuarenta años y tiene un programa de gobernabilidad controvertido por supuesto.
En mi apreciación cometió el error de incluir en su campaña a Roy Barreras, Benedetti y de ir adonde Bergoglio gran repartidor de bendiciones a multitudes, protector de cardenales, párrocos, corrijo pacorros pederastas condenados, incluidos los colombianos. Por fortuna tuvo la sabiduría de empatar admitiendo el apoyo de pensadores honestos como Antanas Mokus y Alejandro Gaviria entre otros.
La encrucijada para segunda vuelta presidencial.
Me queda una encrucijada para tomar la decisión de votar ante dos posibilidades: Darle el perdón al segundo por sus errores, o que Dios me ilumine no se Cual ( ZEUS, POSEIDON, HERA, APOLO, SHIVA, BRAHMAN, SARASVATI, NET, OSIRIS, JEOVA, YAHVE, ADONAI …….) para reflejar la luz divina en el VOTO EN BLANCO.
Amigos, no tan amigos y enemigos que quieran atenderme favor no romper esta cadena de oración.
*Carlos Arturo Piñeros B. Arquitecto experto en restauración.