SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Tiene el mundo que retomar la gran idea respecto del bienestar de las naciones, pensar ir siempre tras acuerdos políticos y no en debates insustanciales que a nada positivo conducen, toda vez que los cuales erosionan y por ende desmoronan en inmensa medida las democracias que se tienen, haciéndolas padecer y volviéndolas frágiles. Semejantes procederes truncan los programas de desarrollo, de libertad económica, los claros avances que se puedan dar, lo que hace que se sumerja a las naciones en la pérdida de la gobernanza, de la soberanía, del equilibrio social, obliga al éxodo de la mano de obra calificada, genera discordia, incita a que no haya paz entre las personas, se recurra a una barata dialéctica en la narrativa de luchas de clases sociales, polarizaciones, odios y rivalidades que destruyen y nada construyen,

Genera ello en manera inadmisible, como lo sostienen en todas las instancias u escenarios reconocidos cientistas sociales en el orden universal, enconos, especialmente entre trabajador / empresario, que no permiten evolucionar, y por el contrario causan desunión, desabastecimiento, inseguridad, limitaciones al derecho de libertad de pensamiento, supresión de la libertad de expresión, censura y autocensura a la libertad de medios de prensa, entre otros males, quiebre de la economía con altos impuestos y por ende de la democracia, a través de la inflación, sumado al irrespeto por los principios y valores del derecho y de la justicia universal, todo esto como política de Estado, en los que no discrimina tal modelo el éxodo de ninguna de las ideas políticas.

Tenemos que pensar como pueblo en que no podemos llegar a una fatal tragedia económica, sino es ser productivos, en tener libertades económicas, tasas de interés que permitan crecer, liberación del control de cambio, crear planes graduales para el fomento, impulso y consolidación empresarial, la eliminación gradual de los aranceles al comercio internacional, entre otras medidas sobre política económica, lo que representará un gran adelanto y una gran medida para la búsqueda de capitales de inversión nacional y extranjero, generación de mayor empleo de calidad, trabajo y un creciente desarrollo de la clase media, que es lo que requieren las naciones en vías de prosperidad.

Es enrutarnos a tener empresas públicas y privadas productivas que registren utilidades y libre intercambio comercial, una de las principales fuentes de la riqueza de las naciones, lo que permitirá atender los estratos más pobres de la población, fortalecerá la democracia, avanzará la sociedad en conocimiento, lp que contribuye como pilar fundamental para la libertad y desarrollo de todos.

Es entender que el progreso y bienestar de los pueblos es un imperativo, ya que los desafíos de hoy y mañana desbordan las fronteras nacionales, por lo que debemos conectarnos y hacernos socios para prosperar, para avanzar hacia el desarrollo con igualdad, fortalecernos y proyectarnos sólidamente de cara al porvenir, cambiar la forma de relacionarnos entre nosotros mismos y con el resto del mundo, con pragmatismo e idealismo, ya que ser socios para la prosperidad significa reconocernos como iguales pero respetándonos en aquello en lo que somos diferentes; así como reconocer que tenemos responsabilidades comunes pero también diferenciadas en la construcción de la prosperidad, además de ser prudentes en lo macroeconómico y progresista en lo social, aplicando medidas contracíclicas diversas, desde moderadas y transitorias hasta estructurales, que eviten costos sociales irreversibles.

De igual manera, trabajar decididamente para disminuir el número de personas que viven en pobreza monetaria y extrema, aumentar el empleo y trabajo en cantidad y calidad, controlar la inflación, establecer sólidas políticas fiscales, una deuda pública menor y mejor estructurada y un buen nivel de reservas, lo que ayudará a cerrar brechas, en la afirmación que la inequidad y la desigualdad conspira contra el desarrollo y la seguridad, lo que obstaculiza que crezcamos más y mejor, de ahí que el modelo para hoy y mañana sea igualar para crecer y crecer para igualar.

Se impone para alcanzar el bienestar, repensar la estructura de las alianzas estratégicas, concediendo mayor importancia a las relaciones internacionales, cambiar paradigmas, entender y comprender qué el mundo ya no es el mismo, que el peso de las economías emergentes es cada vez mayor, por lo que se requiere entre otros muchos aspectos y realizaciones, una escueta integración física regional, el acceso y utilización de las tecnologías de la información y la comunicación , seguridad y reducción de la pobreza, la inequidad y la desigualdad. saulherrera.h@gmail.com

*Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual

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