Por: Ec. Esp. Omar Escobar
Haciendo un repaso a través de la etnohistoria, la cual nos permite abordar aquella pregunta ¿de dónde venimos? y ¿Quiénes somos?, he iniciado una búsqueda acerca del significado de éste mi lugar, llamado Pupiales.
Se carece de investigaciones profundas acerca del significado de “Pupiales”, tan solo se cuenta con la interpretación del padre Justino Mejía y Mejía, abordada en el Esquema de Ordenamiento Territorial de Pupiales (2002), quien sostiene que el nombre del municipio tuvo su origen en el Cacique Papial o Pupial. Etimológicamente la palabra Pupiales proviene del Quechua, compuesto por dos términos Papil-ali: Papil, que significa “Secar al Sol, la humedad” y “allí” o “alí” que quiere decir “gente buena”. En las interpretaciones, el investigador por más que trate de mostrar objetividad, ésta se supedita a la estructura mental y modelo cultural de cierta época e ideología. Así pues, éste significado está relacionado más con la fe católica española y no hace parte de la cosmovisión andina.
Considero importante recurrir a un conjunto de herramientas lingüísticas, la filología, la semántica, entre otras disciplinas, para comprender la evolución de la palabra, su significado y origen. En ese contexto invito a continuar indagando y a la vez hago un aporte hipotético para futuros investigadores.
En el antiguo Perú, la palabra “puquios” (Ponce, 2015. P.4) era utilizada para referirse a los manantiales de agua, como también la palabra “puquiales”. Así mismo los indígenas Pastos, utilizaban ese término para referirse a los nacimientos de agua ubicados en los páramos. Los “puquiales”, son fuente de agua que emergen o afloran de la tierra – manantiales, nacimientos de agua. De allí se derivaría el nombre del cacique Pupial o Papial, quien daría nombre a su comarca, parte del territorio de los pastos. Dada las características hidrográficas, el significado del nombre – manantial- se asocia al agua proveniente del páramo, hoy denominado: Paja Blanca.
Con la colonización y asentamiento de los españoles en ésta región, quienes, por la dificultad para pronunciar palabras en quechua, se sabe que cambiaron o trataron de traducirlas al español. Así por ejemplo, paso con algunos apellidos: los Aukka a Guerra, Tikka a Flores, Kkocha a Laguna. Otros se asimilaron al español por su fonética, Taphya a Tapia, Ch’akun a Chacón, Haramillu a Jaramillo, Pachicu a Pacheco, Siwayllus a Zevallos o Ceballos, etc. Así las cosas, no me sorprende por facilidad de pronunciación, a puquiales se lo haya reemplazo por Pupiales, hoy área arqueológica protegida mediante resolución No. 041 del 6 de marzo de 2019 del Instituto Colombiano de Antropología e historia en una extensión del 80%, de su territorio.