Ruben Darío Ceballos Mendoza

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Un turismo integral que contribuya al desarrollo sostenible y regenerativo, como una vía para la conservación y uso sostenible de la naturaleza, el fomento a la diversidad cultural y la promoción de la paz, es vital a todas luces. El turismo es valor social, cultural, político y económico en los territorios dado el potencial que tiene para aportar.

Es uno de los principales sectores económicos del mundo, tiene un profundo potencial de impulsar el desarrollo sostenible y regenerativo en los diferentes contextos del turismo y desempeña un papel crucial en la conservación de la biodiversidad, ya que muchos parques nacionales y áreas protegidas en el mundo dependen del turismo para financiar la conservación. Es también un medio para promover el entendimiento cultural, ya que permite que las personas experimenten las diferentes formas de vida de las comunidades locales. Sin embargo, a pesar de sus beneficios, presenta retos, incluyendo el impacto al ambiente y la potencial explotación de los recursos naturales y culturales.

En el marco de los llamados internacionales y de la creciente cooperación para la consolidación de procesos de conservación de la naturaleza, de empoderamiento y desarrollo comunitario y sostenible, es dable impulsar que se logren implementar estrategias de conservación como una de las formas en las que conservamos es haciendo un uso sostenible de los recursos naturales, también preservando, restaurando y obteniendo mayor acceso al conocimiento; y esas formas de conservación.

Bien se sostiene por expertos en la asignatura, son las que permiten tener esta relación bien cimentada en las propuestas de turismo sostenible, porque lo que se busca y procura es generar actividades reguladas desde una visión del ordenamiento propio, que incluye la cosmogonía y el respeto por usos y costumbres tradicionales de los territorios incorporándolos en el turismo sostenible y regenerativo; en el proceso vemos cómo eso se vuelve un potencial para establecer y reforzar los valores naturales y culturales, no es una oportunidad solamente económica sino de reivindicación cultural por parte de las comunidades.

El turismo es dinámico y como tal empieza a considerar en su seno lo sostenible como un amortiguador a las afectaciones aceleradas que esta industria estaba ocasionando en el mundo, lo que valió para tener en cuenta turismo de naturaleza, rural y ecoturismo entre otros; como una respuesta y alternativa a ese turismo convencional o recreativo que generaba visitantes de manera masiva a locaciones y territorios que en realidad no tenían la capacidad de recuperarse después de las visitas vacacionales.

Atendiendo lo cual, el país en el 2021, con el Decreto 646 entró a desarrollar la política de turismo sostenible denominada ‘Unidos por la Naturaleza’ la cual tiene como fin posicionar la sostenibilidad como pilar fundamental para el desarrollo del turismo en el país, pero protegiendo el capital natural con metas a 2030; y sin sus pilares fundamentales optimizar los recursos medioambientales, dar a conocer las culturas locales bajo el respeto de sus costumbres, así como la valoración de sus bienes materiales e inmateriales, en el entendido que es gracias al turismo sostenible que también se concibe una distribución equitativa de los beneficios económicos, generando empleos y reduciendo la pobreza en los territorios donde se desarrolla.

*Jurista. Columnista. rubenceballos56@gmail.com

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