Por: Lisbeth Paola Barraza Escorcia*
En nuestras ciudades y municipios se vienen sucediendo tasas de asistencia escolar muy similares entre hombres y mujeres en muchos de los niveles educativos; incluso en algunos indicadores como la tasa de aprobación en media superior las mujeres están mejor situadas que los hombres; sin embargo, persisten sesgos importantes que normalizan la discriminación y la violencia contra niñas y adolescentes, lo que dificulta alcanzar una igualdad sustantiva en la realidad.
De otra parte, respecto de las dinámicas de las relaciones en los hogares y sobre el uso del tiempo, se visibiliza que las mujeres experimentan diferentes tipos de violencia en diversos ámbitos, edades y con mayor frecuencia se estima que la violencia experimentada por mujeres a lo largo de la vida en el ámbito escolar es de tipos tales como psicológica, física y sexual, donde los principales agresores son los compañeros de clase.
Cabe destacar además que la responsabilidad de cuidados recae en la mayoría de los hogares en las mujeres, porque los estereotipos de género que reproducimos cotidianamente no solo derivan en feminicidios o violencias, sino también en comportamientos y acciones sesgados que obstaculizan el desarrollo integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, contexto ante el cual centros y las comunidades escolares deben ser clave, puesto que pueden contribuir a que estos estereotipos y brechas de género se perpetúen o ayudar a generar reflexiones que abonen a construir una sociedad que brinde las mismas oportunidades a todos por igual.
Impone lo expuesto a ciencia y conciencia, preguntarse ¿Qué hay en el marco legal sobre igualdad de género en la educación obligatoria? ¿Qué tipos de violencias enfrentan las niñas y adolescentes y cómo se manifiestan? ¿Cuál es el papel del personal docente en la educación con y en igualdad de género? y ¿Qué políticas públicas o acciones se han impulsado para promover la igualdad de género?, lo que debe llamar a se incentive el diálogo respecto a estos temas, en el que participar democrática y activamente deben, en compendio de mejoramiento permanente y continuo, autoridades, directivos, docentes, padres de familia, estudiantes y toda persona interesada a foros de equidad e igualdad de género.
*Lideresa Social Comunitaria. Conferencista. Tallerista