Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*
Debe ocuparnos en democracia evitar y enfrentarnos como un solo hombre todo cuanto traduzca mentira, manipulación, cinismo, degradación de la clase política y falta de memoria colectiva de la sociedad; más por cuanto la democracia, claro está tiene grandes riesgos. Líderes formados y visionarios, dictadores y oportunistas, y no necesariamente el pueblo tiene capacidad para discernir, dadas las formas como se realizan las campañas electorales, donde todo se simula y fantasea. Ejemplos vemos: políticos y aspirantes con trazas de dictadores, otros sin la capacidad para gobernar, sin ni siquiera reunir requisitos para ser jefes de gobierno, vividores de la política que definitivamente no tiene estatura ni representatividad para dirigir nada; sin embargo, bueno es preguntarnos, preocuparnos y ocuparnos como ciudadanos en cómo combatir y derrotar mentira, manipulación, cinismo, degradación de la clase política y la falta de memoria colectiva de la sociedad; toda vez que es eso, es en realidad lo que les abre la puerta a esos personajes de tal calaña, permitiéndoles actuar con absoluta impunidad, lo que es grave y desastroso por demás.
Merecemos como país mucho más que la clase política u dirigencia partidista que tenemos y hoy nos conducen. Porque un país como el nuestro, antes que nada, debe adentrarse en proyectos que le generen en lo posible tasa de crecimiento superiores a un 10% anual, para lo que se requieren dirigentes y políticos con la visión y el talento necesarios para hacer posible lo cual; y no los políticos que tenemos actualmente conduciéndonos, cuyas singularidades ignorancia, complejos e ideologización que caracteriza a una secta que se quedó anclada en lo decimonónico, en un manejo político retrogrado, que hoy, no sólo ya es inviable sino que se cató con el Muro de Berlín.
Existe por tanto y de manera importante y urgente que como ciudadanos en una sociedad como la nuestra tome las iniciativas, organizarse como ciudadanía, asumir sus causas, aquéllas que nos beneficien a todos y generen las oportunidades del S XXI, para empezar por fin a hablar seriamente de real política. No más pseudo líderes, ´seudo políticos y pseudo dirigentes sostenidos con recursos que en su mayoría devienen de la corrupción de todo tipo, y que personajes de este nivel, sean quienes estén definiendo el destino de 50 millones de habitantes.
Aspiramos a contar con una eficiente conducción y por la vía de la razón y conducciones ciertos ir resolviendo las incapacidades de sus liderazgos, hay que empezar de nuevo, pues en política, definitivamente no veo que positivos cambios y transformaciones se dé con los malos conductores que tenemos, como tampoco creando nuevos partidos, que han pasado a ser un negocio que otorga franquicias de acceso al poder; sino con un entendimiento verdadero de la sociedad y con un real proyecto de nación, de país, de patria, de Estado. es empezar empezando, por el principio, por formar liderazgos y construir desde la sociedad academias formativas que permitan y faciliten entender y representar a los diferentes segmentos de la población para que se atiendan bien y mejor del corto al largo plazo, a efecto que temas como inequidad, desigualdad, acceso a oportunidades, movilidad social y atención de las necesidades inmediatas se solucionen de la mejor forma y manera posible.
*Abogado. Columnista. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual. Magister en Derecho Público. saulherrera.h@gmail.com