Periódico El Derecho
Frente a la próximas elecciones locales, municipales y departamentales, denominadas normalmente como regionales, que tendrán lugar en nuestros suelos este 29 de octubre, nos llama al interés, ante la avalancha de candidatos, muchos de ellos que sin saber y sin poder se han lanzado al agua para aspirar a las distintas corporaciones públicas en juego; esto es, Juntas Administradores Locales – JAL, Concejos, Alcaldías, Asambleas y Gobernaciones, nos dimos a la tarea de auscultar un tanto lo que dicen los expertos en la asignatura respecto de cuáles son varios de los elementos que candidatos y asesores deben o deberían tener en exacta cuenta en el contexto referencial de una campaña política electoral.
Refieren que debe ser lo primero una acertada planeación, esencial en una campaña, sin que importe el tamaño de la misma, pero, debe contar, sí o sí, con una adecuada planeación, ya que solo teniéndose claridad sobre el norte estratégico y el objetivo de la campaña se pueden tomar decisiones correctas y ser, entre otras cosas, eficientes con el presupuesto y tener el equipo de campaña necesario. Además, una buena Planeación permite anticiparnos a las crisis y problemas que puedan surgir en el camino y por ende, reducir riesgos y costos asociados a estos.
En segundo término, un equipo que entienda de que se trata la campaña y que tenga la confianza del candidato. Traduce lo cual, contar con un equipo que tenga claro cuál es la estrategia de la campaña, el mensaje que se quiere proyectar, el público de la misma y dónde está, siendo determinante lo cual para garantizar el éxito electoral. El equipo es fundamental en una campaña, pues en estos procesos la labor del candidato está limitada a ser precisamente eso, un candidato, lo que implica no preocuparse por nada más que por sus apariciones públicas y seguir las instrucciones de su equipo. Para lograr esa actitud, el candidato necesita confiar plenamente en su equipo y en sus capacidades para transmitir la esencia de la campaña.
Interesante sobremanera, saber leer el contexto, en lo que es fundamental, hacer una buena lectura del mismo, saber con exactitud qué está pasando, cuáles son los temas clave de la agenda mediática, la agenda política y reconocer cuáles de estos le interesan a los electores; en la certeza que el eje de cualquier campaña debe ser pensado a partir de una causa ciudadana, que sea compartida por la campaña y permita movilizar a los posibles electores. Hacer una lectura equivocada es costoso para la campaña, hasta el punto de llegar a costarnos la elección; vale decir, dar al traste con ella, hacerla fracasar.
Esencial, medir para tomar mejores decisiones. Sin duda alguna, candidatos, colaboradores y miembros del equipo de campaña tienen que aprender a medir cada una de las acciones que realizan. Solo a través de las mediciones cuantitativas y cualitativas, podremos saber si la estrategia que se está aplicando para mejorar temas como el reconocimiento o la favorabilidad del candidato están funcionando como se esperaba, o, si es necesario tomar otro u otros caminos. Medir constantemente, de manera permanente y continua, permite tomar decisiones acertadas que ayudan a ahorrar tiempo y costos durante la campaña.
Definitivo es igualmente, no perder el contacto. Error común es olvidar que las campañas se ganan en el terreno, por lo que no puede pasar que candidato y equipo pierdan contacto con la ciudadanía. Los candidatos no pueden perder de vista, por estar enfocados en alcanzar y consolidar acuerdos políticos, tener visibilidad en medios de comunicación o por asegurar fondos y recursos para la campaña, la importancia de hacer reuniones con sus electores, salir a la plaza pública, a la calle a hacer su campaña, tocar puertas, visitar barrios, veredas y demás sitios del territorio. /JMHV