Por: Hernando Manuel Manjarres Altahona*

Se acabó la fase de todos contra todos y quedaron los “mejores” ocho equipos del torneo colombiano, las comillas, porque algunos que nunca estuvieron adentro, entraron definitivamente y otros que siempre estuvieron en los ocho mejores no lograron clasificar, algo muy raro y suspicaz.

Es muy difícil pedirle seriedad y juegos transparentes a un torneo patrocinado por una casa de apuesta, lo anterior, por los escándalos sucedidos en el clásico capitalino y lo ocurrido en la Perla del Otún entre Pereira y el Junior de Barranquilla; expulsiones y penales que dejan demasiadas dudas.

Resultados no esperados, equipos sin protagonismo en lo futbolístico sumando y unas actuaciones arbitrales que definitivamente son un desastre, esto solo apunta a una sola cosa: las casas de apuestas haciendo lo suyo, al parecer un negocio muy lucrativo que no solo se tomó el fútbol colombiano sino gran parte del deporte internacional.

Solo queda esperar que los ganadores y clasificados a torneos internacionales representen dignamente y con pundonor al país y no, lo que viene sucediendo hace años, el fútbol local convertido en una burla y en el comodín de los equipos del continente, un irrespeto definitivamente con el hincha, el que realmente paga una boleta costosa y que todavía cree que hay transparencia en el deporte que le apasiona.

*Comunicador Social – Periodista. Especializado en Gerencia Social. Magister en Comunicación, Desarrollo y Cambio Social.hernando.manjarres@gmail.com