Por: Rafael Robles Solano*
La terrible y caótica situación que por estas semanas padecen los pobladores de la región del Catatumbo, evidencia la razón de ser del presente titular, porque no tiene justificación alguna que el actual Gobierno, se encuentre supeditado y viendo inerme las violaciones, atrocidades y atropellos que, contra los derechos humanos, vienen cometiendo los insurgentes del ELN (Ejército de Liberación Nacional).
A estas alturas del mandato que recibió el Presidente, quien accedió al poder en medio de un país polarizado y dividido, con grandes propuestas de cambio y de pacificación social, pero al parecer y pese a ofrecer amplios y polémicos espacios para adelantar diálogos de paz con todos los grupos subversivos que no se sometieron a los Acuerdos de la Habana y hasta a los que se hallaban al margen de la ley, el clan del golfo, éste no logró generar los escenarios de confianza adecuados para negociar los ceses de fuego, el sometimiento de estos y facilitar la anhelada pero hoy, frustrada Paz Total que pretendía conseguir para Colombia.
Es incomprensible como Petro, un luchador y defensor de los derechos humanos y sociales, terminó hipotecando y dilapidando ingenuamente todo su patrimonio político, intentando consolidar los procesos de paz propuestos por él, pero que en realidad, sus esfuerzos han resultado estériles y lo que es peor aún, se convirtieron en medios de burlas, hábilmente explotados por sus oponentes políticos, como de los integrantes de dichos movimientos guerrilleros, quienes ahora, sin el menor respeto por las poblaciones campesinas, han aprovechado las gabelas y facilidades otorgadas por el Mandatario, para reagruparse, consolidar sus grupos, como expandir sus zonas de influencia territorial, en busca de asegurar y mantener la explotación de ilegal de productos mineros, los cultivos de coca, el tráfico de armas, de migrantes y minar sus caminos, entre otras actividades ilícitas.
La crisis del Catatumbo refleja sin discusión alguna la falta de autoridad y de acciones concretas del Estado para neutralizar, contrarrestar o reprimir los abusos y crímenes de lesa humanidad que vienen cometiendo impunemente los elenos, dejando de paso la imagen de que el Gobierno, es incapaz de enfrentarlos, y además, todos estos acontecimientos, aunados a las duras críticas de sus contradictores, evidencian improvisación e incapacidad para combatirlos como corresponde, tal y como se deduce de la tardanza en tomar acciones inmediatas para atender el conflicto, de enviar ayudas, tropas y de expedir medidas concretas para implementar la figura de la Conmoción Interior, para garantizar la seguridad perdida.
Bajo estas consideraciones, por más seguidor o simpatizante que se sea de las propuestas y proyectos de Petro, no se puede ocultar que sus actuaciones han sido inferiores a las expectativas de sus electores, cuando se observa que más allá del rechazo del congreso y las cortes a sus diferentes reformas, se aprecia por todas partes retrasos y dificultades en el pago de las obligaciones estatales y además, se ve en zonas aisladas del país, Choco, Cauca, Nariño y Putumayo, que los violentos siguen imponiendo confinamientos, desplazamientos, ataques terroristas al ejército y la policía, sin que estos puedan enfrentarlos y combatirlos como corresponde.
*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com