DIEGO OTERO PRADA

Por: Diego Otero Prada

Bogotá, 3 de enero de 2024

Excelente, no se aumentará por ahora el precio del ACPM. Es una decisión correcta del presidente Gustavo Petro.

Ganó la realidad económica y política, y todos los que hemos estado en contra de aumentar los precios de los combustibles nos sentimos muy satisfechos.

Pero observo lo siguiente, para que se mantenga esta decisión que va a ser criticada por los ortodoxos, el FMI, los neoliberales, los miembros de la Comisión de Seguimiento de la Regla Fiscal, el Banco de la República, los ex funcionarios de Ecopetrol, ex ministros de Hacienda y Minas y Energía y analistas independientes.

Van a poner el grito en el cielo, que va a aumentar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles-FEPC. Ante esto, yo le recomiendo al gobierno presentar una ley al congreso eliminado este engendro uribista aprobado en 2007.

Van a afirmar los ambientalistas fundamentalistas que esto incentivará el consumo de combustibles en el transporte. Ante esto reitero mis investigaciones que muestran que la elasticidad precio de la demanda, es decir la influencia del precio del ACPM en disminuir el consumo es muy baja.

Hay otras medidas más efectivas en el corto y mediano plazo para bajar el consumo de combustibles que son las de combatir la baja eficiencia del transporte por diferentes medidas, como colocar un mínimo de eficiencia energética a todos los vehículos, modernizar las vías de todo tipo: primarias, secundarias y primaria.

Muy bien que el presidente Petro haya rectificado la política de precios de los derivados del petróleo definidos según precios internacionales, política que su ministro de Hacienda ha sido uno de sus más fervientes defensores.

Esperamos no se eche para atrás porque las presiones de los defensores de la ideología neoliberal dominante van a ser muy fuertes.

Pero, falta tratar el tema de la gasolina corriente que se aumentó en 600 pesos el galón a partir de enero, lo que no tiene sentido. Hay que parar y aún reducir este precio.

De nuevo, hay que romper con la teoría de los precios internacionales e ir costos internos.

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