MÉDICO HERNANDO RAFAEL PACIFIC GNECCO

Por: Hernando Pacific Gnecco*

La historia de las bibliotecas nacionales es bastante interesante, y muchas confluyen en el tiempo. Los gobiernos entendieron la importancia de contar con estas colecciones, no solo para la nobleza y las congregaciones religiosas, sino para el público. El siglo XVIII iba mitad de recorrido; el Museo Británico abre la era de las bibliotecas nacionales, esas que pertenecen al estado y están abiertas para todos. Sir Hans Sloane, 1753, cede por 20.000 £ una colección de 40.000 libros y 7.000 manuscritos, grabados y dibujos, además de otros objetos. Gracias a la ley del Museo Británico, en ese año se incorporaron las bibliotecas Cotton y Harleian, y en 1757 se unió la Biblioteca Real. Un siglo después, bajo la dirección de Anthony Panizzi, se transformó en la más grande del mundo occidental: de 235.000 a 450.000 ejemplares. En 1857 el bibliotecario creó el catálogo “Noventa y una reglas de catalogación”, que sirvieron de base para el ISBD (International Standar Bibliographic Description); también, para catalogaciones digitales como Dublín Core.

Carlos V de Francia había fundado en 1386 la Biblioteca Real; posteriores aportes la enriquecen; Luis XI transfiere sus libros a Fontainebleau fusionando las dos bibliotecas. El bibliotecario Jacques de Thou la convirtió en la más grande colección de libros del mundo, en el siglo XVII, al menos de esta parte; se abrió al público en 1696, la colección siguió aumentando hasta cuando estalló la Revolución Francesa. Afortunadamente no sufrió daños; eran más de 300.000 volúmenes. Confiscada, pasó a ser la Bibliòtheque Nationale

En los nacientes Estados Unidos, James Madison propuso en 1783 la creación de una biblioteca del Congreso que abrió puertas en1800, con 740 libros y 3 mapas. Catalina la Grande de Rusia fundó la Biblioteca Pública Imperial en 1795 con las colecciones privadas de Voltaire y Diderot, que les compró a sus herederos. El departamento de lenguas extranjeras provino de la Commonwealth polaco-lituana en forma de la Biblioteca de Załuski (420.000 volúmenes), nacionalizada por el gobierno ruso en el momento de las particiones. Los libros escritos en polaco de la biblioteca (que suman unos 55.000 títulos) fueron devueltos a Polonia por Rusia en 1921.

Durante las revoluciones alemanas de 1848 se funda la Biblioteca del Reich (Reichsbibliothek). Varios libreros y editores ofrecieron sus obras a la biblioteca de Frankfurt. Fracasada la revolución alemana, el edificio es abandonado y los libros fueron trasladados al Germanisches Nationalmuseum de Nuremberg. Leipzig, en 1912, es la sede de la Feria Anual del Libro; durante el evento, el Reino de Sajonia y la Börsenverein der Deutschen Buchhändler (Asociación de libreros alemanes) acordaron fundar una Biblioteca Nacional Alemana en esa ciudad. Al año siguiente comenzaron a recopilar y organizar sistemáticamente todas las publicaciones escritas en alemán, incluyendo libros de Suiza y Austria.

Colombia iba a la par de Europa. El 9 de enero de 1777, antes de muchos países del mundo, se funda la Biblioteca Nacional de Colombia. El primer paquete de obras provino de los jesuitas expulsados de España por Carlos III; una de las primeras colecciones organizadas del continente. Coincidía con una corriente que planteaba la necesidad de sacar la enseñanza de la escolástica, manejada entonces por la iglesia católica. Ya “independizados”, Santander ordena reorganizarla incorporando la librería de la Expedición Botánica de Mutis. Se oficializa el nombre de Biblioteca Nacional, asignando un bibliotecario con sueldo. Desde 1834, expedida la ley de Depósito Legal, los impresores están obligados a remitir un ejemplar de todo escrito impreso. Mediante mecanismos como la compra o el canje, esta biblioteca ha crecido con las colecciones privadas de importantes personajes como Rufino José Cuervo, Jorge Isaac o Germán Arciniegas. La biblioteca crece y se adquieren obras para restaurarlas. El actual edificio, art decó, se abrió el 20 de julio de 1938. Acorde con las tendencias actuales, ya cuenta con tecnología de punta para ampliar su espectro y cobertura. Nos preguntamos entonces: ¿en qué momento empezamos a retroceder como sociedad culta? hernandopacific@hotmail.com

*Médico Cirujano. Especializado en Anestesiología y Reanimación. Docente Universitario. Columnista

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