Por: Luis Cesar Pérez Gaitán*

El proceso de cambio en los modelos de gestión pública, no es nuevo. Las dificultades que enfrenta su desarrollo dan cuenta de la necesidad de continuar con su análisis para su tratamiento. Es un todo permanente y continuo. Nada estático sino dinámico. Para ello importa un profundo y sostenido seguimiento de dicho proceso de cambio para que sea exitoso. La política hoy debe implementarse con sistemas profesionales de gestión pública e incorporar el concepto de calidad en su cadena de valor. Así mismo, acudir a marcos legales para definir pautas y líneas de acción concretas, promover el modelo gerencial, la planificación estratégica, la gestión para resultados, la dirección por objetivos y otros lineamientos de similar envergadura.

Es llevar adelante sí o sí procesos de reforma pública con iniciativas impulsadas por medio de apoyos técnicos específicos, gestionar la transición, avanzar con la incorporación de herramientas y prácticas metódicas que consoliden la implementación del nuevo modelo orientado a resultados. A la incidencia de la cultura institucional sobre los procesos de cambio, además del diálogo y la comunicación como mecanismos de acción que deben ser fortalecidos. Definición de políticas y su implementación instancias estrechamente relacionadas que se encuentran ligadas por la propia esencia de los organismos receptores de las nuevas metodologías. La cultura institucional es un importante componente que debe formar parte de esa gestión de la transición.

La brecha existente entre el discurso modernizador y la cultura organizacional de nuestras instituciones es talón de Aquiles que termina socavando cualquier iniciativa capaz de alterar el statu quo vigente en las actuales estructuras organizativas. Por ello, es necesario comprender el contexto, la historia y la situación de coyuntura sobre la cual se intenta lograr un avance sostenido hacia el pleno desarrollo del Paradigma Gerencial Público. La etapa de transición que debe ser gestionada a partir de la decisión política para el cambio y las capacidades técnicas para llevarlo adelante, debe contar con efectivos canales de comunicación internos que promuevan un ámbito de integración entre los distintos actores de este proceso.

Igualmente, identificar quiénes deben gestionar la transición y qué deben gestionar en ella, presentando a su vez algunas de las principales herramientas de gestión moderna; así como destacar la necesidad de contar con las capacidades técnicas mencionadas para conducir un cambio de esta magnitud y hacer énfasis en la gestión de los recursos humanos y en el perfil de los niveles gerenciales que actuarán bajo la nueva dinámica, los cuales deberán contar con habilidades y estilos de conducción que les permitan mantener una equilibrada relación con la línea política que define las metas institucionales y lograr los mejores resultados en la implementación de los programas a su cargo.

En esto importará siempre incorporar las modernas prácticas de gestión. Las metodologías de Planificación Estratégica y la Gestión para Resultados que ella implica, son modelos organizadores que permiten a los niveles de conducción tener un mayor control sobre la implementación de sus políticas. Todo lo cual se orienta, principalmente, a un sólido logro de consensos para arribar a un mayor y más claro panorama del alcance de los resultados obtenidos y definir de manera prolija, las líneas de acción que las instituciones decidan poner en marcha. Cultura institucional y metodologías de gestión moderna son concebidas como dos perspectivas de análisis que deben articularse fuertemente para conseguir el éxito del proceso de transición.

*Luis Cesar Pérez Gaitán luisperez19-14@hotmail.com – Estudios en Administración de Empresa. Líder Indígena y comunitario. Empresario

Tema enlazado: ADMINISTRACIÓN, GESTIÓN Y GERENCIA PÚBLICAS (II)