Por: Luis Cesar Pérez Gaitán*
Cada día y cada vez más las personas muestran un interés creciente por conocer el número y cantidad de servicios públicos que reciben y financian a través del pago de sus impuestos. Cuanto mayor es dicha cantidad, permaneciendo invariable la calidad de los servicios, mayor es el grado de satisfacción que indican en relación a la actuación del sector público correspondiente. Efectivamente, cuando se realizan muestreos para valorar la situación y calidad de servicios públicos como educación, sanidad, policía y justicia, entre otros, resultado recurrente es el deseo por parte de la población que se aumente en cantidad y cobertura.
No obstante, no debe perderse de mira que, para ofrecer dichos servicios, el sector público incurre en un gasto público que no es ilimitado. Si el sector público incrementa su gasto para satisfacer estas demandas sociales deberá disponer de unos ingresos superiores, de lo contrario, deberá solicitar financiación para ese exceso de gasto y, desde luego, endeudarse. A los ciudadanos, lo cual es claro como evidente, no sólo les interesa conocer la oferta de servicios públicos de la que pueden disponer, sino también la relación que existe entre ésta y el gasto público que genera la producción de la misma.
En tal sentido, es de vital importancia para que esa relación sea la adecuada, que el gasto público sea sostenible en el tiempo, el sector público no incurra en gastos innecesarios, se ahorre cuando sea posible y que, en definitiva, el gasto se efectúe de un modo racional, evitando la dilapidación de recursos o su mala gestión. La eficiencia es lo que nos permite calcular dicha relación, es el concepto que posibilita medir cómo utiliza el sector público los recursos o gasto que tiene asignados para cumplir con la prestación de servicios a la sociedad.
De ahí la importancia de profundizar en el significado del concepto de eficiencia pública o eficiencia del gasto público, para poder así explicar la relación que existe entre ésta y el déficit público. De otra parte, y como resultado de su repercusión sobre las cuentas del sector público, importará siempre analizar la necesidad que aquélla mejore para poder seguir garantizando la prestación de los servicios públicos, por lo que importará siempre, de manera importante y urgente, la necesidad que mejoren los niveles de eficiencia del gasto público.
*Luis Cesar Pérez Gaitán. Estudios en Administración de Empresa. Líder Indígena y comunitario. Empresario.
