Por: Saúl Alonso Herrera Henríquez*
Gestión, mucha más gestión es lo que necesitamos desde lo local, municipal, departamental, regional y nacionalmente, y menos política rastrera, menos politiquería y meno polarizaciones. La situación que sobre nuestros hombros pesa es más que suficientemente grave como para que sigamos en la feria absurda de las improvisaciones y la desidia, en la hamaca de las negativas afectaciones, aplazamientos y descordinaciones, en el vaivén de lo incorrecto; en la cloaca pútrida de la corrupción, la inequidad, la desigualdad y la injusticia social.
Perdonen que insista, pero es hora que haya más gestión y menos, mucho menos politiquería. Lo que de verdad hace falta es política, sana política, sentido de gobierno, territorio y Estado, sentido común, de pertenencia y de compromiso, utilizar todos los recursos posibles para frenar todo lo malo que nos acaece, algo que hoy parece más que lejano. De momento, tengo la impresión de que vamos muy por detrás de todo lo que bueno pueda ser para nuestros municipios.
Cuando será que podremos entender y poner de manifiesto sin ambages, que somos una unidad territorial que merece ser tenida en cuenta, que somos importantes para los suyos y para el país, que en nosotros está gran parte de las esperanzas que requerimos para estar a la vanguardia de las cosas mejores. Que capaces podemos ser de estar a la altura de las circunstancias pos difíciles que las mismas sean. Que frente a las crisis por terrible que fueres o pudieras ser podemos saltar en su control y poner de manifiesto que estamos dispuestos para lo que bien y mejor sea en su solución.
Estamos al garete es mi percepción y la de la mayoría. El desgobierno en que estamos es total y ha dejado mucho que desear, por no decir que ha brillado por su ausencia, y que vamos de mal en peor. No es la nuestra una situación como para tirar cohetes. Y no es que quiera criticar por cirticar, no, de ello no se trata, sino de alertar respecto de la necesidad que participemos más, que seamos veedores de nuestra cosa pública, que no dejemos que se vaya el departamento por caminos de disolución, que conjuntemos voluntades, que reflexionemos, que no nos permitamos más equivocaciones, que pongamos el hombro y echemos para adelante en la medida de nuestras posibilidades.
Seamos en adelante muy claros en los mensajes y en nuestras demandas. No nos llamemos más a engaños y confusiones. Claridad ante todo y exijamos voz en cuello y de manera enhiesta más gestión, más política de la buena y más corresponsabilidad, como nos atañe y compete.
*Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual