Por: Lisbeth Paola Barraza Escorcia
Consigna y tarea debe ser propiciar desde todos los escenarios públicos y privados, apoyos sociales que lleven decidida y definitivamente a acortar y cerrar las distancias existente según los casos, respecto de la inequidad y la desigualdad. Es ampliar tanto las políticas públicas a dicho tenor, como los apoyos sociales a partir de la premisa del servicio a la gente, lo que necesariamente tendrá que reflejarse en el gasto público. Es entender que es aspecto que debe acentuarse, egresarle recursos significativos para temas fundamentales takes como salud y educación entre otros requeridos de ser debidamente soportados presupuestalmente.
Esto es, apalancar con sólidos programas las necesidades de los adultos mayores, jóvenes, madres cabeza de familia, personas en situación de calle, con discapacidad; así como atender programas de huertas caseras, facilitares instrucción, fertilizantes gratuitos para pequeños productores. En definitiva, más programas de bienestar a todo nivel, así como becas para los infantes y población vulnerable en general. Priorizar a las comunidades en situación de riesgo inminente.
Es asumir los compromisos prometidos, priorizar, dar respuestas a los muchos desafíos que se tienen, dinamizar de manera importante y urgente el crecimiento, alentar la inversión privada nacional y extranjera, espantar la incertidumbre que priva de aportar a los agentes económicos por los alcances de un reformas que obstaculizan y ponen en entredicho el Estado de Derecho.
Es estar profundamente convencidos que debe consolidarse y proyectarse en mejor forma nuestro sistema de protección social bajo un enfoque de derechos como el mejor aporte que pueda hacerse para que se cuente con la protección, apoyos y oportunidades para desarrollar caminos propios de progreso en la vida. Detrás de ese enfoque de derechos y la estrategia de la protección social debe subyacer el desafío de construir una institucionalidad cada vez más articulada y sofisticada, que permita la efectiva realización de los derechos económicos, sociales y culturales; y junto con ello, hacer más efectiva esa institucionalidad y para que su inversión se refleje en capital humano, a efecto de permitir y facilitar el acceso al trabajo decente, al empleo, al desarrollo de emprendimientos sustentables, fortaleciendo también por esa vía autonomía, integración y cohesión social. Ese es el grande desafío que a todos debe convocarnos. Así sea.
*Lideresa Social. Conferenciante. Columnista