Blaicer Moreno Córdoba

Por: Blaicer Moreno Córdoba*

Gobernar bien, gobernar mejor, es ejercer el poder con eficiencia, transparencia, rendición de cuentas, aupar la participación activa de la sociedad civil y el Estado de Derecho, lo que revela la determinación de nuestro gobierno de utilizar los recursos disponibles a favor del desarrollo social, humano y el crecimiento económico. Ayuda a ello evitar la polarización política, la cual representa un riesgo significativo para las democracias ya que amenaza la estabilidad y la convivencia en las sociedades.

Bien sabemos que estamos en un momento de transición, lo que impone que desde la sensatez busquemos acercamientos, entendimientos y comprensiones, escucharnos, converger en lo que mejor sea para los gobernados, en beneficio democrático, ejercido desde un gobierno que como el actual busca y buscar incansablemente construir sobre lo construido, a efecto de no poner en riesgo todo lo que bien y mejor se ha construido.

Entender todos que el diálogo es, sin duda, el instrumento válido para todo acuerdo, ya que en él hay una regla de oro que no se puede conculcar; y es que no se debe pedir ni se puede ofrecer lo que no se puede entregar porque, en esa entrega, se juega la propia existencia de los interlocutores. Mucho en consecuencia entonces es lo que hay que cambiar de la situación política en estos momentos, camino a superiores constructos y consideraciones en beneficio y aprovechamiento comunitario, que es en esencia a lo que todo buen gobierno debe apuntar.

No podemos convivir con la polarización política, la cual se manifiesta estúpidamente cuando las diferencias ideológicas y partidistas se vuelven cada vez más extremas y rígidas, alejando a las distintas facciones políticas en direcciones opuestas; contexto en el que los ciudadanos tienden a identificarse fuertemente con su grupo político y a percibir al otro lado como enemigo, en lugar de como un competidor legítimo con puntos de vista válidos. No nos interesa la polarización, sino el integral progreso de Puerto Gaitán, que empieza a apuntar con tino, afirmación y certeza hacia horizontes válidos y múltiples de grandeza.

Tenemos que reflejar una ciudadanía, una comunidad, una sociedad civil y una institucionalidad valiosa, que avanza sin polarizaciones en dirección a alcanzar en su seno cuotas grandiosas de desarrollo social, humano y de crecimiento económico, cuya consecución mucho tenga que ver con la actividad y gestión gubernamental nacional e internacionalmente, así como con la participación activa de la ciudadanía. Necesitamos una comunidad atraída fuertemente por lo que se denomina la política del progreso, esto es, buscar la permanente unión y convergencia social, proponiendo constantes iniciativas y debates que fomenten ese llegar a ser más socialmente hablando y donde muy cómodo sean los ambientes para un mejor y superior desenvolvimiento ciudadano y participativo.

Caminar todos hacia objetivos y propósitos comunes implican grandes ventajas en el comportamiento futuro, posibilitando la predicción de un mejor municipio del corto al largo a largo plazo, ki que debe ser algo que nos ocurra en la actualidad y para siempre, por lo que interesa condenar todo asomo de desavenencias y caos social; y, en contrario sentido, hacer el equilibrio que haga que nos compactemos monolíticamente en la defensa a ultranza de los intereses superiores de la comunidad, luchar contra la injusticia social, fomentar y provocar impulsos, potenciarnos y evitar todo asomo de desgaste y sufrimiento social con grandes costos humanos y económicos, lo que nos permitirá más temprano que tarde llegar a una época de reconstrucción, momento que nos será muy favorable y nos enriquecerá gracias al beneficio colectivo que con ello se logra.

Nos importará siempre en la búsqueda, procura y consolidación de ese colectivo beneficio de manera adecuadas, alcanzar la unidad y la convivencia, fomentar el consenso, el diálogo y abandonar las sendas de la confrontación. La polarización política representa un riesgo significativo para las democracias al amenazar la estabilidad y la convivencia en las sociedades. Para preservar el funcionamiento de la democracia, es fundamental abordar este fenómeno mediante el fomento de la educación cívica, el diálogo constructivo y la promoción de la participación ciudadana. Solo mediante el esfuerzo conjunto de líderes políticos, instituciones y ciudadanos se podrá enfrentar este desafío y proteger los principios fundamentales de la democracia. amerlyng@gmail.com

*Administrador de Empresas. Especializado en Proyectos de Desarrollo. Asesor y Consultor Político y Empresa. Columnista

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Por editor

Un comentario en «GOBERNAR GOBERNANDO»
  1. Siempre he declarado que el que escribe tienen la cabeza bien puesta y no es cualquier ciudadano.

    De modo que bien por tus reflexiones.

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