Por: José Manuel Herrera Villa*
Cansada por decir lo menos está la gente, debido a que en campaña los gobernantes en su mayoría aseguran disminuir la tasa de desempleo, al tiempo de ofrecer generar plazas de empleo y trabajo. Muchos de ellos conscientes que no cumplirán, y otros, con la esperanza que al menos podrían acercarse a lo ofrecido. Lo cierto es que nuestra verdad laboral es a todas luces lamentable. Unos, para justificar su incumplimiento, argumentan haber recibido un grave problema, en referencia a que los números sobre el particular no eran reales; otros, manipulando las cifras oficiales que ellos mismos controlan e incluso, creando categorías y subcategorías, intentan probar supuestos progresos a este tenor.
Más empleo y más trabajo debe y tiene que ser una de las grandes tareas a ser adelantadas, en la verdad que, en nuestros municipios, a la gran mayoría de las personas les cuesta acceder a plazas de ocupación dignas y estables que garanticen un ingreso adecuado acorde al valor de la canasta alimentaria básica. Falta de empleo, trabajo y políticas laborales serias son parte integral de la triste realidad que vivimos, tema social fundamental, huérfano de reivindicaciones en sus derechos, por lo que se demanda del Estado espacios de trabajo, mejores condiciones laborales y seguridad ciudadana que permitan tranquilidad y convivencia.
Delincuencia y demás prácticas violentas en la sociedad han sido materia de estudio a lo largo de la historia. Cada municipio tiene sus propias causas, pero una de ellas, común a todas, es la falta de trabajo. La necesidad de tener que acceder, de alguna manera, a los recursos que le permitan a un jefe de hogar proporcionar a su núcleo familiar alimentación, vivienda, educación y salud, en muchas ocasiones los lleva a caer en la tentación de delinquir y muchas veces convertirse en delincuente habitual, lo que no es justo y no debería ser.
El desaliento, frustración y fracaso de salir diariamente en búsqueda de una oportunidad de trabajo y regresar sin él, alimenta la denominada y perversa lucha de clases que tanto daño hace, y además sirve de tarima en la que se montan los demagogos populistas para acceder al poder, ofreciendo lo que normalmente nunca cumplen. Pueda ser que nuestros gobernantes puedan superar esta crisis de desempleo y trabajo que padecemos, aterricen y cumplan de verdad con la generación real de oportunidades de trabajo y empleo, mediante estímulos a la empresa privada, apoyo al microempresario, dinamicen la economía mediante la tan necesitada obra pública y generen la estabilidad jurídica y seguridad ciudadana siempre ofrecida, pero escasa como ausente con las nefastas consecuencias que padecemos y día tras día crece desbocada.
*Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación, Evaluación y Gerencia de Proyectos de Desarrollo.jomahevi@gmail.com