DOCTOR DAVID GONZALO DUARTE GONZÁLEZ,

Por: David Gonzalo Duarte González*

En estos días que se debate la reforma a la salud, importaría antes que todo y primero que nada que el gasto nacional en ella deba ser, sino el componente más importante, uno de los más importantes, en la realidad que no existe duda alguna sobre el impacto positivo que cuando así se traduce, se generan y alcanzan grandes logros en materia sanitaria y demás otros. Aspecto relevante es también que la cobertura de sus servicios aumenta significativamente, al igual que la función del Estado en las relaciones económicas y sociales, se aminoran fallas estructurales, hay mayor integración, el sistema de salud y de seguridad social se transforma y perfilan superiores condiciones humanas, al tiempo de señalar comparativa y competitivamente ventajas marcadas en cuanto a al desarrollo social y humano y crecimiento económico, lo que bien y mejor permite decir, como sostienen connotados tratadistas de la asignatura, lo mismo que laureados cientistas sociales, que reformar coherentemente la salud, es sin duda clave para avanzar en todos los sentidos.

Ayuda la salud, permítaseme repetirlo, por ser lo cual mayúscula evidencia, al desarrollo social y humano, así como al crecimiento económico de los pueblos, tal cual mostrado y demostrado está en los más de los países del primer mundo, lo que impone seguir en la ruta de los grandes esfuerzos para que el sistema de salud mejore a toda costa la calidad de sus servicios, tenga un equilibrio financiero y sea sostenible, para que siga siendo un gran motor de progreso, bienestar e integral prosperidad, razón por la que importe tener claro que la salud en todo su contenido es un requisito para que nuestra sociedad sea más equitativa, lo que amerita que sin descanso, vale decir con prisa y sin pausa, se deba continuar trabajando todos juntos en el proceso de la salud en todos sus rincones, por ser ella, la salud, un pilar fundamental para alcanzar todos los desarrollos posibles.

Se trata de priorizar el sector como un factor de equidad por parte del gobierno y todos sus sectores y actores. Que sea un propósito trabajar juntos por el sistema de salud y que para el país sea ese cometido mejorar el estado de salud de la gente, responder a sus expectativas y garantizar la sostenibilidad financiera, a efectos de lograr los más de los avances colectivos del sistema de salud. Fortalece lo cual, con el fin de articular y armonizar mejor la tarea, trabajar las áreas financiera, talento humano, salud pública, calidad y visión. Importa garantizar la liquidez del sistema, su estructuración e implementación, camino a saldar las deudas acumuladas en el sector y que esos dineros vuelvan a él mejorando la calidad.

Competiría igualmente la realización de significativos esfuerzos en habilitación y acreditación, para que lo cual se refleje en una superior atención al ciudadano, con servicio respetuoso y que cumpla las expectativas del paciente y de su familia, lo mismo que se defina para mejor un modelo de acción integral en todo el país, atendiendo desde luego sus propias realidades, particularidades y necesidades. Debemos tener claro como ciudadanos y como país, que toda reforma en salud debe permitir resolver los desequilibrios existentes y desarrollar acciones que vayan en beneficio colectivo. Es echar para adelante, servir a la población, resolver los desequilibrios y alcanzar los resultados que fueren para ayudar a los ciudadanos a vivir con mayor bienestar, equidad y paz.


*David Gonzalo Duarte González. Profesional de la Salud. Especializado en Gerencia en Seguridad en Salud en el Trabajo. dago1286@hotmail.com

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