Por: Hernando Pacific Gnecco*
Muchas veces la ficción es superada por la realidad. Si no hubieran ocurrido, algunos sucesos podrían inscribirse como relatos de ficción, más no como noticias o anotaciones históricas; La crueldad también se hace presente en ciertos casos. Personajes malvados tienen actos bondadosos o presentan ideas estupendas, o algunos seres ejemplares presentan sombras cuestionables. Son clásicos los ejemplos del bombero al que se le incendia la casa, los de los médicos especialistas que padecen las enfermedades que tratan a diario, o las historias de quienes son víctimas de sus inventos.
Pietro Aretino, el veneciano de los escándalos Sonetos Lujuriosos de su época, poeta y dramaturgo satírico que hablaba mal de todos (excepto de Dios porque “no lo conocía”), murió de apoplejía causada por un ataque de risa. El furor que causó el comediante Charles Chaplin entre el público desató una ola de concursos de imitadores; Chaplin, como buen bromista, se presentó en uno de esos certámenes con un nombre falso: fue derrotado por Milton Berle. Mike Smith, “el oído de oro” del sello Decca, en 1962 rechazó a una banda musical desconocida; “los grupos de guitarra están de salida, señor Epstein”, le dijo al representante. Poco tiempo después, esa agrupación se convertiría en el grupo musical más importante y famoso de la historia, Los Beatles. La canción “Born in the USA”, de Bruce Springsteen, entonada con patrioterismo en las campañas electorales estadounidenses como himno político, es en realidad un mensaje de desencanto con su nación de un veterano de guerra que retorna a los Estados Unidos.
Los coleópteros constituyen una especie numerosa y difundida. En Australia, las larvas del escarabajo son devastadoras para la caña de azúcar; hace casi un siglo, para contrarrestarlas introdujeron una especie de sapo que se alimenta de esas larvas, pero el remedio fue peor que la enfermedad. El sapo no redujo significativamente la plaga, pero terminó convertida en otra más. Caso parecido al de las Cuatro Plagas en China (rata, gorrión, mosca y mosquito) durante el gobierno de Mao; para combatir el hambre quisieron preservar los granos alimentarios; buscaban aumentar las cosechas. Decidieron acabar con el gorrión molinero que se come los granos, pero los gorriones se alimentan principalmente de insectos como las langostas; estas se multiplicaron al punto de devastar los cultivos que querían proteger, y la situación terminó causando la Gran Hambruna que llevó a la muerte por inanición de millones de personas. La repoblación de gorriones importados de Rusia no resolvió el problema. Definitivamente, el equilibrio natural debe preservarse.
Las plagas vegetales también existen; el retamo espinoso, traído por los colonizadores españoles como planta ornamental, igual que el pino importado como maderable, invadieron nuestros páramos, poniendo en peligro a los frailejones, las “fábricas de agua” de esas imprescindibles alturas. En los Estados Unidos, hace casi un siglo, fue introducido el kudzú (bejuco japonés) para evitar la erosión del suelo; en equilibrio con su ecosistema en Asia, la planta resultó devastadora en el país norteamericano; esta especia rastrera y trepadora que se reproduce velozmente en suelo estadounidense no solo asfixia a las plantas vecinas, sino que afecta muros y estructuras si se le deja prosperar.
Finalizando la Segunda Guerra Mundial, el macabro campo de Bergen-Belsen fue liberado por las tropas aliadas, después de que el ejército soviético hubiera rescatado al de Auschwitz de la infamia nazi. Lo que encontraron fue espeluznante: miles de prisioneros esqueléticos, casi moribundos que apenas podían moverse. Fue natural que les ofrecieran alimentos; pero era tal la condición de los prisioneros que muchos murieron por “comer en exceso”; sus organismos no toleraron la comida. Hoy sabemos que, cuando personas con ayunos muy prolongados comen en demasía o sin control médico, se les produce un cuadro clínico muy complejo manifestado en trastornos metabólicos severos potencialmente fatales; es conocido como el síndrome de realimentación. Esto podría suceder en la Franja de Gaza, si los actuales habitantes logran sobrevivir al infame bombardeo diario. Vaya ironía…
*Médico Cirujano. Especializado en Anestesiología y Reanimación. Docente Universitario. Conferencista. Columnista