Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
Injusticias sociales, inequidades y desigualdades continúan acentuándose y polarizando sociedades en el mundo, lo que bien requiere soluciones tales como tener acceso a una educación de calidad para todos, lo que dotará a las personas de mayores oportunidades de trabajo y mayores posibilidades de recibir un salario justo. la falta de educación agrava las desigualdades, de ahí que deba lucharse por una educación de calidad, con docentes calificados, que favorezca la diversidad social, con costos cero o asequibles a todos, establecimientos escolares cerca de los hogares y con instalaciones adecuadas a todo nivel, siendo necesario proceder caso por caso atendiendo las realidades territoriales.
Importa en esto robustecer la protección social, benéfica como provechosa sin duda para toda la sociedad, con programas cuya finalidad sea redistribuir una parte de las riquezas a las poblaciones más frágiles: pobres, jubilados, discapacitados, madres de familia, desempleados, enfermos; toda vez que la protección social dista mucho de ser una generalidad, en la verdad que ciento de miles de personas carecen de todo tipo de ayuda financiera. son estas políticas fundamentales para reducir la pobreza, las desigualdades y para fomentar un crecimiento inclusivo, lo que no significa ser paternalista con los más vulnerables, sino proveer sistemas integrales, especialmente concebidos y aplicados con el objetivo de mejorar la productividad invirtiendo en los trabajadores y en sus hijos que representan la mano de obra del futuro, de preservar el consumo nacional aumentando el ingreso de los hogares, así como reducir la inestabilidad política y promover, fomentar e impulsar la paz, la integración y la cohesión social”. En otras palabras, esta protección es benéfica para toda la sociedad.
Interesa igualmente mejorar a fondo el sistema fiscal, con políticas que reformen su sistema fiscal tendientes a reducir las desigualdades fiscales. No se trata de aplicarle a todos por igual impuestos de manera indirecta, los cuales afectan en especial a los más vulnerables que gastan una mayor parte de sus ingresos en productos de consumo corriente, sino buscar soluciones tales como gravar la renta de manera progresiva; esto es, definir diferentes niveles de gravamen en función de los ingresos personales, lo que permitirá una contribución más justa a los ingresos del Estado; reducir las ventajas fiscales; lo que permitirárecaudar más impuestos y procura mayores ingresos al Estado, que podrá eventualmente utilizarlos para promover programas de protección social; y, luchar contra la evasión fiscal que propiciará recuperar ingresos perdidos, y eventualmente aligerar la carga fiscal que pesa sobre los hogares.
Otro aspecto tanto importante como esencial entre tantos muchos para la búsqueda y procura de sociedades más justas e igualitarias, es ayudarlas a adaptarse de la mejor forma y manera al cambio climático, en la verdad que el calentamiento del planeta genera una profunda injusticia, a nivel de los individuos como de los países, especialmente los más pobres que mayormente padecen sus efectos, a pesar de ser los que menos han contribuido a estos desajustes, lo que hace necesario por ser demasiado apremiante, ayudar a los territorios más vulnerables a estar preparados.
Importa en todo lo cual tener en cuenta la existencia de las muchas injusticias sociales, lo que requiere del establecimiento de una verdadera Justicia social, ya que la justicia propiamente dicha es la estructura básica de la sociedad, más exactamente, el modo en que las instituciones sociales más importantes distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determinan la división de las ventajas provenientes de la cooperación social. Se trata, como dice Rawls: De una teoría diseñada para un tipo de objeto específico: la estructura básica de la sociedad, las instituciones sociales, políticas y económicas de una democracia constitucional moderna. De ahí que podamos referir que la sociedad, tal y como funciona, no obedece a los criterios de justicia; antes, por el contrario, da rienda suelta a los intereses personales por encima de una concepción pública de justicia que permitiría, según Rawls, la asignación de derechos y deberes en dichas sociedades, por un lado, y la justa distribución de los beneficios y las cargas de la vida cooperativa, por otro, debiéndose en consecuencia establecer prioridades en las metas públicas a favor de las personas y grupos más vulnerables. rubenceballos56@gmail.com *Jurista