Por: José Manuel Herrera Villa*
El solo crecimiento económico no resuelve los problemas sociales del mundo, razón por la que algunas concepciones alternativas han puesto énfasis en el bienestar humano, con fundamento en la equidad de la distribución de los recursos disponibles y la creación de oportunidades para todos.
Superadas las ideas simplistas de desarrollo económico como única forma de desarrollo, podemos llegar al concepto de desarrollo humano sostenible, que en los noventa, cuando Mahbuh ul Haq, propuso un modelo alternativo basado en los aportes de economistas como Amartya Sen. Desde este modelo, el desarrollo es un estado complejo, consistente en la ampliación de oportunidades y opciones de la gente para lograr bienestar en un entorno democrático. Es el resultado de un proceso que involucra factores sociales, económicos, demográficos, políticos, ambientales y culturales, con la plena participación de todas las personas.
Para Amartya Sen, el desarrollo humano tiene como fin aumentar la libertad real de las personas. Según este enfoque, la expansión de la libertad es el medio y fin principal del desarrollo. El desarrollo humano consiste en la eliminación de controles a los tipos de libertad, que privan a los individuos de la posibilidad de aprovechar sus capacidades y oportunidades, y además, sin estas libertades no es sostenible ni sustentable el desarrollo. Pero, para garantizar libertades fundamentales en la sociedad, deben existir instituciones económicas y sociales sólidas que impidan que se desmorone el pacto social.
Afirma Amartya Sen, con gran claridad, que el desarrollo humano exige la eliminación de las principales fuentes de privación de libertad: la pobreza y la tiranía, la escasez de oportunidades económicas, la escasez de bienes y servicios públicos y la intolerancia o el exceso de intervención de Estados represivos.
El Índice de Desarrollo Humano considera la esperanza de vida, el logro educativo (alfabetismo y matrícula escolar) y el ingreso per cápita como principales factores de desarrollo; pero lamentablemente estas variables son numéricamente influidas por políticas de masificación, que dejan de lado otros factores determinantes. El índice de desarrollo humano omite ciertas condiciones que ponen en riesgo directo de vulnerabilidad a los individuos, como la inseguridad, el estrés, pérdida de libertades políticas, sociales y económicas, y toda falla institucional que amenace el desarrollo individual y colectivo. El progreso humano depende de la disminución de las vulnerabilidades que atentan contra el bienestar integral de individuos y sociedades, lo que incluye por supuesto vulnerabilidades económicas.
Aunque un país muestre un alto índice de desarrollo humano, ese indicador no será sustentable si en la práctica no se observan resultados notorios de crecimiento económico, desarrollo económico, estabilidad institucional y libertades garantizadas.
Crecimiento económico, desarrollo económico y desarrollo humano son complementarios, pero no significan lo mismo, pues la falla de cualquiera de ellos compromete la sostenibilidad de los otros. No porque un país tenga crecimiento económico tenga desarrollo económico y no todo país con alto IDH significa que efectivamente tenga desarrollo sostenible, por lo que tenemos que tener bien y mejor definidos dichos conceptos.
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DESARROLLO HUMANO, CRECIMIENTO, ECONOMÍA (I). El crecimiento económico impulsa el desarrollo humano en la medida que amplía el estado de condiciones de producción y factores productivos.
* José Manuel Herrera Villa jomahevi@gmail.com Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos de Desarrollo.