Por: Hernando Pacific Gnecco*
Las bibliotecas modernas ya empiezan a aparecer por muchos lugares; la deslumbrante belleza de las clásicas no es comparable con estas que apuntan su proa hacia el futuro. Confluyen conceptualmente en que son espacios de iluminación intelectual y espiritual; los estilos entre pasado, presente y futuro varían sustancialmente. Antes, representaban hermosura, reverencia y contemplación; la arquitectura y el diseño de las actuales bibliotecas es, ante todo, luz natural, tranquilidad, libertad y organización. Pero no basta un edificio contemporáneo.
Las bibliotecas actuales buscan albergar no solo enormes colecciones sino obras históricas o significativas. Es fundamental la clasificación, catalogación y organización de los libros. No es tarea fácil, ciertamente; son muchos los criterios empleados y los bibliotecólogos dedican mucho tiempo a clasificarlos debidamente para que el lector ocasional o el investigador arraigado puedan acceder fácilmente a las obras requeridas al igual que las relacionadas con el interés del visitante. Agreguemos que las bibliotecas albergan libros, revistas, manuscritos, mapas, documentos magnéticos, digitales, videos, películas, objetos y demás obras. Son cada vez más complejas y por ello requieren de numerosas personas especializadas, tecnología, tiempo y, claro, dinero.
La biblioteca de Qatar está localizada cerca de Doha, en Education City; es considerada como una de las más modernas que hay. Con más de un millón de obras físicas, contiene libros desde el siglo XV; sumemos otro millón y medio de libros digitalizados y nos encontraremos con este portento cuyo concepto va más allá de acumular libros; en los espacios comunes se regresa a la antigua plaza pública donde los visitantes pueden interactuar entre sí, debatir o ver una película; en resumen, es un lugar para trabajar en solitario o departir grupalmente mientras se toma un café. Comparte los criterios de biblioteca del futuro con algunas como la de Helsinki.
China dice presente con la majestuosa biblioteca de Tianjin, llamada la Torre Babel, y también El mar del conocimiento; puede albergar más de un millón de libros físicos. El impresionante edificio actúa como centro educativo y conector entre el corredor cultural y el espacio verde que lo rodea. Un riachuelo artificial discurre entre la edificación y el espacio comercial, que cuenta además con una plazoleta de comidas locales y de reconocidas marcas internacionales; hay una especie de ágora para ver presentaciones artísticas. Además de toda la moderna arquitectura, su característica es el ojo, un gran auditorio esférico localizado en la mitad de la edificación de nueve pisos. Hay espacios para lectura y estudio, que gozan de magnífica vista, además de salones personalizados de video y espacios de computadores para consulta y videojuegos.
Más que disponer de impresionantes edificaciones, el futuro de las bibliotecas lo señala Oodi, en Helsinki, Finlandia. La arquitectura y diseño son característicamente finlandeses; es un centro de encuentro social de todos, para todos y gratuita, literalmente. Tres robots Veera, Patu y Tatu, se encargan de entregar los libros de préstamo solicitados en línea; hay mucha seguridad para evitar los robos de libros y objetos. Además de acceso a internet, tiene salas multimedia, disponibilidad de películas y un estudio de música. Lo más llamativo es que hay la opción para cualquier actividad y para todos los miembros de familia, especialmente los niños; además de lectura, se desarrollan numerosas actividades sociales y se puede pasar el rato. Existe disponibilidad de todo tipo de máquinas: cortadoras laser, impresoras 3D, estampadoras de telas, cortadoras de vinilo, estudios de costura con maniquíes, mesas y planchas. Hay espacios diversos como salas de estudio y de reuniones, o estacionamiento de coches de bebés. La vista desde la terraza permite observar edificaciones icónicas como el Finlandiatalo, construido por Alvar Aalto, o el parlamento finlandés en un amplio entorno verde. Puede considerarse como la biblioteca ideal.
Apostilla 1. Las bibliotecas tienen rentabilidad intelectual y espiritual, no económica.
Apostilla 2. La biblioteca del Vaticano esconde verdaderos tesoros, inaccesibles al público; biblias del cristianismo primitivo, incunables y objetos desconocidos. ¿Podremos los mortales conocerlos, al menos en parte? hernandopacific@hotmail.com
*Médico Cirujano. Especializado en Anestesiología y Reanimación. Docente Universitario. Columnista