Libardo Montealegre

Por: Libardo Montealegre Murcia *

LA POSVERDAD

Hay inquietudes que surgen de los densos documentos que en su conjunto constituyen el informe final de la llamada  Comisión de la Verdad presentados al país el pasado martes.

¿Qué es Posverdad según la RAE?[1]

“Es la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales . Los demagogos son maestros de la posverdad. ”

A pesar que era de amplio conocimiento el sesgo ideológico de la Comisión de la Verdad, no deja de llamar la atención la forma hierática como el celebrado sacerdote De Roux  en su calidad de  presidente de esa Comisión ha presentado los resultados de su trabajo , repartiendo culpas a diestra y siniestra, pero sin responder al reclamo de miles de víctimas civiles y militares de la violencia que está instalada en el país desde tiempos pasados  que no fueron escuchados en la Comisión de la Verdad.

No aporta mucho a la verdad el haber dejado de lado las declaraciones o revelaciones de muchos de las víctimas de la guerrilla fariana como lo están gritando en todos los medios esas víctimas. Diferente fue el tratamiento que se dio a las audiencias en las que militares reconocieron sus terribles errores en el desarrollo de la guerra,  como fueron   la muerte de inocentes personas para hacerlas pasar como bajas guerrilleras. Lo que se dio en llamar falsos positivos.

No deja de ser un eufemismo, ni no fuera por lo dramático, que en el documento del sacerdote De Roux se siga llamando “retenciones” a  lo que siempre fue el  secuestro .

El documento total deberá ser estudiado por todos, y validado en su verdad por todos los colombianos, cuando pase el tiempo, y su validez tenga la fuerza que se impone cuando se tiene la verdad.  Entonces tendrá el reconocimiento de verdad que hoy no ha logrado.

Mientras tanto estamos ante la Posverdad de la Comisión de la Verdad.

Llama la atención un párrafo del discurso del sacerdote De Roux en su presentación del informe.   Dice el sacerdote de Roux:

“¿Por qué el país no se detuvo para exigir a las guerrillas y al Estado parar la guerra política desde temprano y negociar una paz integral? ¿Cuál fue el Estado y las instituciones que no impidieron y más bien promovieron el conflicto armado? ¿Dónde estaba el Congreso, dónde los partidos políticos? ¿Hasta dónde los que tomaron las armas contra el Estado calcularon las consecuencias brutales y macabras de su decisión? ¿Nunca entendieron que el orden armado que imponían sobre los pueblos y comunidades que decían proteger los destruía, y luego los abandonaba en manos de verdugos paramilitares? ¿Qué hicieron ante esta crisis del espíritu los líderes religiosos? Y, aparte de quienes incluso pusieron la vida para acompañar y denunciar, ¿Qué hicieron la mayoría de obispos, sacerdotes, y comunidades religiosas? ¿Qué hicieron los educadores? ¿Qué dicen los jueces y fiscales que dejaron acumular la impunidad? ¿Qué papel jugaron los formadores de opinión y los medios de comunicación? ¿Cómo nos atrevemos a dejar que pasara y a dejar que continúe? ”[2]

En ese mismo contexto, sería bueno  preguntarle al sacerdote de Roux , que hizo él en sus largos años, muy largos, cohabitando con el ELN en el Magdalena Medio, para que la barbarie de esa guerrilla pasara en esa región del país ?


[1] Real Academia Española

[2] Comisión de la Verdad | Discurso completo de Francisco de Roux (diariocriterio.com)


*Libardo Montealegre. Economista MSc, y Especialista en Ingeniería Ambiental. Consultor especializado en evaluación financiera, ambiental y social de proyectos. Investigación de mercados, investigación de opinión. Monitoreo y seguimiento de cumplimiento de salvaguardas sociales y ambientales para organismos multilaterales. Ordenamiento territorial .

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Por editor

Un comentario en «ATALAYA»
  1. Es de todo conocido, que Santos quería ganar el premio Nobel a cambio dar como la inmunidad a la narcogerrilla, los vejamenes, la degradación de los secuestrados, las violaciones de infantes, que fueron secuestrados y obligados a realizar todo tipo de acciones, muertes, masacres y oír al cura donde estaba el estado, el estado somos todos, porque hacemos parte activa de Estado de derecho, que aplauden un tratado de paz, leonino, amañado, que no hizo más sino resaltar a los dirigente y cabecillas como un acto digno de mención, y las víctimas quedaron al parecer como victimarios, la fuerza pública como los gestores de la guerra, sólo falto que al igual que Santos, los dirigentes de Farc narcos, también sean premiados como Nobel de paz.

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