Por: José Manuel Herrera Brito
Por lo que vemos los colombianos, violencia e inseguridad, que parecieran males endémicos de nuestros pueblos, hercúleo tiene que ser sin duda el combate a fondo que debe dárseles a una y otra si queremos sobrevivir como país. Si en realidad y verdad queremos avanzar. Además, por cuanto no hay derecho que nuestros compatriotas tengan que seguir poniendo tanta cuota de sangre, siendo lo peor, impunemente derramada. Con la delincuencia común y organizada estamos perdiendo definitivamente la partida. Con la guerrilla, el panorama es más que triste, con diálogos insulsos e infructuosos que no van a ninguna parte en beneficio del país, más sí en propio aprovechamiento de las guerrillas en todo sentido, incluido el económico, quienes con la permisividad gubernamental se fortalecen hasta la saciedad y mantienen, en medio de sucios juegos, mentiras, promesas, compromisos incumplidos y engaños, su proterva actividad criminal, importando en consecuencia aplicarles todo el peso de la ley en honor a la una paz que tanto necesitamos, a la justicia y al estado de derecho.
Violencia, inseguridad, narcotráfico, minería ilegal, delincuencia común y organizada tienen que estar sometidas por el Estado; más, cuando es bien sabido y reconocido es por Tirios y Troyanos, los mueve única y definitivamente su afán de lucro, lo que impone intervenir sus finanzas, erradicar, acudir a la cooperación internacional, así como obstaculizar las “ventanas siniestras” por sonde se vienen lavando capitales de manera desmesurada.
Tenemos la necesidad de consolidar las Fuerzas del Orden, darles el liderazgo, leal a los intereses superiores de la Patria, que vele eficazmente por la Constitución, la ley y los ciudadanos de bien. Dotarlas de un mejor presupuesto que les garantice atender bien y fielmente su mandato. Robustecer nuestra inteligencia. Hacer partícipe definitivamente a la ciudadanía y comunidad toda.
Valido será igualmente Recobrar las áreas de coyuntura entre la Fuerza Pública, recuperarles su valor funcional y operativo, ir tras la redención del control territorial que se encuentra irremediablemente perdido, al estar en manos de las organizaciones delincuenciales de toda laya, distinto origen, naturaleza y propósitos, que actúan e interactúan a sus anchas, sin Dios, sin ley ni Santa María, a todo lo largo y ancho del territorio patrio. Interesa en manera importante y por demás urgente, estructurar y consolidar mecanismos de coordinación de las Fuerzas del Orden, la institucionalidad, la administración de justicia, camino a controlar integralmente el territorial por parte del Estado y atender con demás acciones pertinentes los demás oscuros entorpecimientos que no dejan fluir al país en su connotación de Estado de Derecho. saramara7@gmail.com
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