Por: Lourdes Margarita Guerrero Pavajeau*
Después de varias semanas ausente, regreso con una gran tristeza al ver como se profundiza la división de este país, con gran facilidad agresora. Veo que nos encontramos en una pugna ígnea, en donde los medios de comunicación le apuestan a la ley del más fuerte. Los tradicionales, televisivos y radiales, especialmente la revista Semana. Se han convertido en pirómanos, buscan incendiar el país con cada noticia bañada de crueles adjetivos dolosos o, alevosamente, con tinte igneo. Es una lid, una competencia de quien transmite más agresión para demeritar el gobierno, especialmente al Presidente.
Estos medios incendian amparándose en la “libertad de expresión” que está convertida en “libertad de ofensas e irrespeto”, el gobierno y los medios alternativos salen a apagar el fuego y nuevamente los primeros arremeten con más fuerza atizando la hoguera que quieren estallar, es un sinfín de, unos incendian y otros apagan y el pueblo incauto cayendo en estas redes de litigio.
En esta época de elecciones nos encontramos con que a todos los políticos les fluye el cerebro y conocen todas las soluciones, pero, desde hace más de doscientos años, han tenido oportunidad de desarrollar lo que hoy pregonan siendo omisos, ciegos y sordos en este objetivo.
Se ha vuelto costumbre escuchar y leer noticias o “información acomodada” con muchos adjetivos insultantes y mentirosos lo que muestra que se piensa en acciones no en personas que es lo relevante de la vida, predominando adjetivos como terroristas, criminales, bandidos, nefastos y más. Considero que, así como hemos aprendido a tipificar y mirar delitos podemos es aprender, para voltear y mirar personas en la búsqueda de corrección no de castigo.
Caso claro lo tenemos con la actual guerra Israel – Hamas en donde los medios hablaron, escribieron y gritaron hasta la saciedad, el grupo Hamas es “terrorista” y, es cierto que el ataque a Israel merece condena. Condenar a Hamas es loable, pero aplaudir la atroz venganza de Israel es emular el fascismo de los años cuarenta del siglo XX. El ser humano arma las guerras y luego se dan golpes de pecho con la ayuda humanitaria, cuando estos conflictos se utilizan para salvar carreras políticas y justificar el colonialismo actual, todo por encima de la vida.
En nuestro país, los medios domésticos utilizan estos adjetivos para cada paso, cada acción que se da en el gobierno, a la oposición todo lo relacionado con la política gubernamental le hiede, nada le huele a pesar de que todas las propuestas de nuestro presidente, aún con algunas imprudencias de forma, no de fondo, tienen olor a vida.
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