Por: Iván Meneses. Periodista.
En una gran ciudad rodeada del mar Caribe y del río Magdalena viven dos almas que se amaban con todo su corazón. El cacique, un joven fuerte y valiente, y su angelito, una muchacha hermosa y dulce, eran el centro de atención a donde llegaban. Su amor era puro y verdadero, y todos creían que su unión sería para siempre.

Sin embargo, el destino tenía otros planes. El cacique, cegado por su propia ambición y debilidad, traicionó a su angelito con la prima de ella. La infidelidad fue un golpe devastador para la joven, que se sintió abandonada, engañada y humillada.
EL AMOR NO SE ACABA
A pesar de que han pasado muchos años desde aquella traición, el dolor sigue vivo en el corazón de ambos. El cacique, arrepentido de su error, no ha podido olvidar a su angelito y sigue amándola con todo su corazón. Por su parte, la joven, aunque ha intentado seguir adelante con su vida, no ha podido borrar de su corazón y memoria el amor, los besos y caricias que su amado le brindaba.

EL PODER DEL AMOR
Aunque están lejos el uno del otro, aún viviendo en la misma ciudad, el amor entre el cacique y su angelito sigue vivo. A pesar de que la traición y el dolor han dejado una cicatriz profunda en sus corazones, no han podido dejar de amarse. Su historia es un testimonio de que el amor verdadero puede sobrevivir incluso a la distancia y al dolor.
La historia del cacique y su angelito es un recordatorio de que el amor es un sentimiento poderoso y complejo. Aunque puede traernos alegría y felicidad, también puede causarnos dolor y sufrimiento. Sin embargo, como en el caso de estos dos enamorados, el amor verdadero puede sobrevivir incluso a la adversidad y seguir vivo en nuestros corazones, guardando en él, recuerdos que matan.

Ella se convirtió en su musa, su fuente de inspiración. Él escribía poemas y dedicaba canciones para su hermoso angelito, la soñaba por las noches y la pensaba en el día. Ella era su todo, su razón de ser.
Los sueños que tenían por realizar como pareja, a hora son sueños de olvido.

Cuando el joven cacique y su bello angelito se encuentran en la calle por casualidad, o mejor por obra divina, sus cinco sentidos se alteran a tal punto de decirse volvamos, pero sus corazones se entristecen al recordarles que tienen a otras personas que forman parte de sus vidas. Solo esperan de Dios la bendición de volver a estar juntos hasta viejitos.