Por: José Manuel Herrera Brito

¿Es política en verdad lo que hacemos o es apenas un remedo de lo que la misma representa y cómo noble ejercicio traduce? Da grima realmente la manera vulgar como se hace política en los tiempos de hoy. No vemos planteamientos de valía, tampoco buenas intenciones, escasamente remedo de lo cual; pero sí, como se devalúan unos frente a otros, se destruye lo moralmente válido, perdidos están principios y valores, hay vileza y ruindad por doquier, se perciben mezquindades en grado superlativo. Pocos de los elegidos llegan a sus curules consciente de lo que hacer deben y obligados están. Otros ante el poder que imaginan o poseerán se creen nimbados con la aureola de la superioridad. En medio de lo cual, la democracia, esa que todo el mundo desea, pero que cada día menos creen en ella.

Buena democracia traduce buena ciudadanía.  El avance de la democracia es el de la ciudadanía. Son una y otra análogas y condicionadas están a un determinado proceso político, pues gobernar bien las potencian. Razones para que no existan gobiernos mediocres que destruyen ciudadanía, sistema democrático y claro es que sin democracia ni ciudadanía lejos estaremos de un mundo más igualitario, debido a que a la ciudadanía, se le deben derechos políticos, económicos y sociales, amén de la grande inclusión de las mayorías y ponerle talanquera a los segmentos explotadores, quienes controlan dinero, negocios, influencias, poder, que los hacen “invencibles” cada día y cada vez más.

Explica lo cual, que convivan en las democracias, lo que no debe ser, bajezas, insultos, xenofobia, racismo, conspiraciones, enfrentamiento político, social y falta de equilibrio social, lo que potencia que al que nada tiene lo ilusionen con ponerlo a su par, lo que no sucede ni acontecerá, agudizando populismo y fanatismo, al tiempo que plantea cerrar la brecha entre los de arriba y los de abajo, categoría esta última que luchará por emanciparse. El asunto así visto no es nada fácil, sí complicado, además de plantear la disyuntiva buenos y malos ciudadanos.  

Lo cierto en todo esto es que existe un espíritu que anima a instar la realidad de nuestros días, ya que ahora como antes, los menos favorecidos, los que no conocen igualdades, la pretenden aquí, ahora y prontamente; esto es, sin aplazamientos, en lo que ven la posibilidad de ser considerados ciudadanos de verdad, lo que ha sido aprovechado por “mesías” poseídos por irreflexiones, temeridades y excentricidades propias de mentes enfermizas, quienes se amparan en nuevos socialismos, democracia participativa, economía  democrática planificada, Estado no-clasista, ciudadano racional-ético-estético, para a la final una vez burlados, seguir siendo no ciudadanos o ciudadanos de quinta categoríasaramara7@gmail.com

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